Editorial Economía

¡Siguen campañas contra la industria alimentaria!

Sin argumentos y en base a leyendas y mentiras

¡Siguen campañas contra la industria alimentaria!
  • 18 de abril del 2018

 

Horas después de haber asumido el poder, el Gobierno de Martín Vizcarra procedió a observar la ley que crea el sistema de semáforo nutricional para la industria alimentaria. El nuevo Ejecutivo fue sorprendido por la campaña anticapitalista contra la industria alimentaria que desarrollaron el ex ministro de salud Abel Salinas, el comunicador Elmer Huertas y los supuestos representantes de asociaciones de consumidores, quienes suelen atacar a la industria alimentaria del país por quítame esta paja.

Como ya se sabe, el Congreso aprobó el sistema de semáforos —para las etiquetas de los alimentos industriales—, que establece los colores rojos, amarillo y verde para indicar si un producto tiene niveles alto, medio o bajo en azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans. La ley del Congreso era alternativa a la propuesta del Ministerio de Salud, la de los octógonos prohibitivos que solo establecen que determinado producto es alto en azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans. El único país en que se aplican los octógonos es Chile. En los demás países del planeta, incluido los miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), se aplican sistemas parecidos al semáforo o simples etiquetas informativas.

Lo que llama poderosamente la atención es la campaña de leyendas y mentiras que desarrollan los defensores de los octógonos prohibitivos, a semejanza de las narrativas que aplican los sectores antimineros para bloquear inversiones en recursos naturales. Por ejemplo, se habla de los octógonos como un ejemplo mundial, cuando estos solo se aplican en Chile, país en el que la obesidad se ha disparado. Se miente arteramente hablando de reuniones internacionales en las que el Perú aparece en lugares destacados en obesidad. No hay estudios al respecto. Todo es mentira. Algo más. La Organización Panamericana de la Salud y el Dr. Huertas defendieron el sistema de semáforo para el Ecuador, pero en el Perú apuestan por los octógonos.

Asimismo, se suele afirmar que la ciencia y la academia respaldan a los octógonos, pero no muestra un solo estudio. En El Montonero.pe hemos reseñado los estudios de Liliana Alvarado de la Universidad de Harvard que señalan que el semáforo capta largamente mayor atención en los consumidores con respecto a la información de las etiquetas.

Lo más grave de todo es que se plantea este tipo de propuestas en un país en que posiblemente la pobreza y la anemia en la niñez han aumentado en el 2017. Siempre vale anotar dos datos fundamentales que nos señalan la arbitrariedad del debate: el 43.5% de los niños peruanos padece anemia y solo el 10% de la ingesta total de alimentos corresponde a los productos industriales. En este contexto, ¿cómo entender la voluntad de las autoridades de salud y de algunos comunicadores de plantear este tipo de debates?

Otro aspecto interesante de la discusión tiene que ver con que el Codex Alimentarius —al que se han adherido 188 países y que rige las políticas alimentarias en las sociedades desarrolladas con los mejores sistemas de salud y la esperanza de vida más alta— establece que las etiquetas de los alimentos deben evitar causar miedo. Bueno, los octógonos lo único que producen es temor. El Codex señala que el miedo es el peor obstáculo para que las etiquetas de los alimentos informen sobre la composición de un producto.

De aprobarse los octógonos, los quequitos informales se seguirán vendiendo en todas las calles de Lima, mientras que pequeñas empresas legales se informalizarán para sortear la sobrerregulación. ¿Cómo entender entonces la abierta campaña en contra de la industria alimentaria formal? La razón es simple: tal como la izquierda pretende liderar los temas de derechos humanos, medio ambientales y las cuestiones de género, hoy pretende apropiarse de las banderas de la defensa del consumidor para enfrentar a consumidores contra empresas.

No obstante, es hora de investigar qué intereses están detrás de esta campaña. Por ejemplo, los opositores a la producción de cobre en el Perú buscan beneficiar a los grandes comercializadores mundiales del metal rojo. ¿A quién favorecen las campañas contra la industria alimentaria?

 

  • 18 de abril del 2018

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