Editorial Economía

Se pretendió excluir al sector agroexportador, ¿acaso se vienen expropiaciones?

Sector finalmente fue incluido en convocatoria del Minagri

Se pretendió excluir al sector agroexportador, ¿acaso se vienen expropiaciones?
  • 26 de septiembre del 2021

Cuatro días después de conformar el Grupo de Trabajo de la denominada Segunda Reforma Agraria, el ministerio de Desarrollo Agraria y Riego (Minagri), y ante los justificados reclamos del sector, recién incluyó en este grupo a los agroexportadores. Es decir, inicialmente no se convocó a los actores que posibilitaron que, en dos décadas, el Perú pasará de ser de un mendigo agrario –con exportaciones de menos de US$ 850 millones anuales– a una potencia agroexportadora con envíos de más de US$ 7,000 millones. A esa parte importante del  sector que convocó más de US$ 20,000 millones en inversiones, diversificó nuestras exportaciones en más de 600 variedades de frutas y hortalizas y generó más de un millón de puestos formales.

Sin embargo, la pregunta es, ¿a quién realmente se pretendió marginar de la convocatoria para este grupo de trabajo? ¿Acaso solo a algunas grandes empresas? De ninguna manera. El ministro del Minagri, Víctor Maita, debería saber que de las 13,285 unidades agroexportadoras, un total de 10,149 empresas corresponden a productores de menos de cinco hectáreas. En otras palabras, se estaba marginando a la pequeña empresa agroexportadora.

¿Qué hay detrás de este censurable intento de exclusión del llamado grupo de trabajo de la segunda reforma agraria? A nuestro entender, existe una velada intención de promover la colectivización del agro. 

Como se ha repetido hasta el cansancio, el milagro agroexportador peruano se desarrolla solo en el 5% de las tierras dedicadas a la agricultura (alrededor de 250,000 hectáreas). Por eso ahora resulta ridículo para los sectores colectivistas y comunistas hablar de expropiaciones, porque el 95% de las tierras están conducidas por minifundistas –es decir, los beneficiarios de la primera reforma agraria velasquista– que viven en pobreza con la agricultura de autosubsistencia. 

Entonces, ¿cómo se puede culpar al sector agroexportador de “la marginación de los campesinos”? Los colectivistas y comunistas, en realidad, sienten vergüenza y no saben a qué se refieren cuando hablan de su segunda reforma agraria. Y como no pueden plantear así las cosas, entonces pretendieron excluir a los protagonistas del milagro agroexportador peruano.

Ahora bien, ¿por qué hay 2.2 millones de campesinos pobres, minifundistas y en subsistencia, que conducen la mayoría de tierras de la agricultura, y solo un pequeño sector agroexportador próspero? ¿Cuál es la diferencia fundamental? ¿Acaso el tamaño de los fundos? De ninguna manera. Más de 80% de las unidades de agroexportación se desarrollan en áreas de menos de cinco hectáreas.

La diferencia fundamental radica en que los 2.2 millones de minifundistas solo producen para un mercado de 32 millones de peruanos, mientras que el sector agroexportador llega a más de 6,000 millones de consumidores en los cinco continentes, gracias a los 22 tratados de libre comercio que ha firmado el país.

En el Minagri, al parecer, no se quiere saber nada del mercado, la inversión privada y los tratados de libre comercio, que benefician principalmente a los minifundistas. Una verdadera locura.

Se pretende reeditar el camino de las cooperativas y el asociativismo colectivista que sumió en pobreza generalizada al agro peruano luego de la primera reforma agraria del velasquismo. Como todos sabemos, el velascato expropió las tierras de los fundos y promovió cooperativas y sociedades autogestionarias de interés social, intentando reeditar los koljoses soviéticos. Todo fue una pesadilla de pobreza, hambre y muerte que hundió a varias generaciones de agricultores.

Es incuestionable que los minifundistas que conducen el 95% de las tierras agrícolas necesitan desarrollar asociatividad. Pero no la asociatividad del velascato, que produce pobreza y muerte, sino la asociatividad vinculada a los mercados, a los tratados de libre comercio y las grandes inversiones.

Los proyectos de agroexportación necesitan de los grandes, pero sobre todo de los pequeños, para garantizar los envíos a los cinco continentes. Los minifundistas, entonces, necesitan derechos de propiedad, asociatividad, infraestructuras y, sobre todo, un mercado de 6,000 millones de consumidores y capitales para conseguir economías de escala y tecnologías.

¡Dios mío!, entonces, ¿por qué se pretendió excluir al sector agroexportador del grupo de trabajo de la llamada segunda reforma agraria? Insania total.

  • 26 de septiembre del 2021

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