Editorial Economía

Michiquillay sigue adelante

Proyecto minero cuenta con mayor apoyo social

Michiquillay sigue adelante
  • 28 de noviembre del 2018

 

A inicios de este año el proyecto cuprífero Michiquillay, de clase mundial, levantó el ánimo de los pobladores de Cajamarca, de los inversionistas y de la economía nacional. Después de 70 años el Estado, por intermedio de ProInversion, entregó la concesión del proyecto a la compañía minera Southern Peru Copper Corporation, ganadora de la licitación. Michiquillay representará una inversión del orden de US$ 2,500 millones para una producción de 225,000 toneladas de cobre anuales, además de molibdeno y otros subproductos. Se estima que comience a producir en el 2025.

No obstante la fuerte oposición de los sectores izquierdistas, los resultados de las elecciones locales y regionales de octubre pasado consolidan la llamada licencia social a favor al proyecto. La izquierda antiminera fue vencida. Las candidaturas anti inversión del Frente Amplio (FA), Movimiento de Afirmación Social (MAS) y Democracia Directa (DD) fueron derrotadas por los postulantes de Acción Popular (AP) y Alianza para el Progreso (APP).

Reservorio Chailhuagón

Luego de 70 años de espera, la continuidad del emblemático proyecto Michiquillay demuestra que es difícil oponerse a los interese nacionales. Desde el 2011, el círculo antiminero movió cielo y tierra para retrasar el proyecto. Supuestos dirigentes “ambientalistas” y de rondas campesinas desarrollaron en la zona innumerables relatos en contra de la minería. Alrededor del agua crearon mitos y leyendas para inventar una guerra, y negaron en todos los idiomas los esfuerzos realizados (por los proyectos mineros) para la construcción de reservorios de agua. Un ejemplo es el caso de Conga, con Chailhuagón, en el cual se invirtieron US$ 18.3 millones para almacenar 2.6 millones de metros cúbicos de agua de lluvia y para hacer los respectivos canales de riego.

Las ONG del ambientalismo ideológico incluso crearon la figura de Máxima Acuña de Chaupe, convirtiéndola en “heroína del ecologismo mundial”, no obstante que el derecho y la verdad no la amparaban en sus demandas.

Geográficamente, la mina Michiquillay está ubicada en la provincia de Cajamarca, cerca al proyecto Conga, en la provincia de Celendín. La ofensiva antiminera no ha amilanado a los pobladores de las zonas de influencia del proyecto, en los distritos La Encañada, Baños del Inca, Llanacora y Namora. En todos esos lugares el movimiento antiminero también ha sido derrotado.

El proyecto Michiquillay tiene el apoyo decidido de un importante sector juvenil, que defiende el proyecto junto a los dirigentes de las comunidades. El Frente Amplio y la ONG Grufides, de Marco Arana, antes del 2014 le hicieron la vida imposible a la minera Anglo American (el Estado le adjudicó el proyecto en 2007), obligándola a abandonar el proyecto. Hasta antes de retirarse, la mencionada minera había invertido US$ 125 millones en el fondo social que benefició a las comunidades campesinas aledañas al proyecto. Con la concesión del proyecto, Southern se ha comprometido a aportar US$ 400 millones al Fondo Social Michiquillay. Con semejante capital se desarrollarán programas de carácter social vinculados a la educación, la salud y al fortalecimiento de las inversiones privadas en la localidad.

No obstante la influencia del sector antiminero y las campañas de desinformación, los jóvenes de las distintas comunidades cajamarquinas participaron con entusiasmo para lograr el éxito de la subasta del proyecto. Ellos se han propuesto continuar con el mismo optimismo hasta conseguir que el proyecto sea una realidad.

Después de la segunda vuelta electoral —del próximo 9 de diciembre— que se disputará entre los candidatos Mesías Guevara (AP) y Walter Benavides (APP) existe en la población la percepción generalizada de que terminarán los paros regionales organizados constantemente por las autoridades locales y regionales cajamarquinas. A pesar de que Mesías y Benavides no se han manifestado abiertamente a favor de las inversiones mineras, todos señalan que ambos candidatos tienen mucho sentido común para evaluar las inversiones; a diferencia de las autoridades actuales y las anteriores, que nunca entendieron la enorme importancia de la actividad minera en el proceso de reducción de pobreza.

 

  • 28 de noviembre del 2018

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