Ley de Promoción Agraria: si funciona, que continúe

Así como el BCR estima que para fin de año la producción de cobre llegará a 2.40 millones de Toneladas Métricas Finas (TMF), se estima que las agroexportaciones sumarán alrededor de US$ 6,000 millones. Con estas cifras, no hay duda de que el dinamismo económico generará nuevos puestos de trabajo que reducirán la pobreza y consolidarán los avances económicos y sociales del país.

El BCR también proyecta un alza constante de producción de cobre, que llegará a 3.10 millones de TMF el 2021. Por su parte, el Ministerio de Agricultura estima que para el 2021 se llegaría a alrededor de US$ 10,000 millones por exportación de diversos productos agrarios, que generarían 1.6 millones de puestos de trabajo. Como se aprecia, en la economía peruana los productos tradicionales pueden crecer junto a los no tradicionales.

El gran salto de las inversiones en el sector agrario se debe a la Constitución de 1993 y a la Ley de Promoción Agraria (Ley 27360), que declara como interés prioritario la inversión en dicho sector y que impulsa el libre mercado, tecnificación y diversificación de la producción como nunca antes; y sobre todo a un régimen laboral flexible y acorde con las realidades de la actividad agrícola. Según la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), entre el 2004 y el 2014 el empleo formal en el agro se duplicó, pasando de 433,000 puestos a 822,000. La agricultura —a diferencia de la minería, construcción o comercio— es una actividad estacional y no permanente. Es una actividad variable, con periodos de tiempo en los que no se necesita de mucha mano de obra y otros en los que sí, en la siembra y cosecha. Por esta característica es necesario que la agroindustria tenga un régimen especial de contratación. No se puede seguir condenando al sector y a los miles de trabajadores a la informalidad.

Antes de la promulgación del Régimen de Promoción del Sector Agrario la informalidad generalizada, la pobreza y falta de empleo eran las características de la agricultura. En los últimos 17 años el sector se ha diversificado y se ha expandido en los mercados del mundo. Ica, por ejemplo, ha incrementado su producción en un 16% en el último año. Uvas frescas, espárragos (frescos o refrigerados), paltas (frescas o secas), granadas frescas, mandarinas y conservas de anchoas se encuentran en los mercados de Estados Unidos, Países Bajos, España, Hong Kong y Reino Unido, entre otros 105 destinos comerciales. Un sorprendente avance que no se debe detener.

¿Por qué entonces, con resultados tan alentadores que ponen al sector en una situación de alta competitividad, sectores como el Frente Amplio pretenden derogar la legislación que reduce la pobreza, crea estabilidad económica en la población y mejora las perspectivas sociales? ¿Por qué el Frente Amplio, la coalición de izquierdas, se opone a la prórroga de la Ley de Promoción Agraria hasta el 2050?

No es posible que en la Comisión de Agricultura del Congreso se debata si la Ley de Promoción Agraria se extiende o no, cuando de acuerdo a los resultados debería servir de base para la urgente reforma laboral que requiere el Perú. Es otras palabras, que el modelo agrario debería ampliarse a todo el mundo laboral.

La agroexportación representa alrededor de un quinto del total de las exportaciones. La cifra sería mayor con un plan agresivo de infraestructura agraria, de construcción de puentes, carreteras, ferrocarriles, reservorios, canales de irrigación, entre otros. El voto de confianza al Gabinete Aráoz (de una mayoría de 83 congresistas) le dará un respiro al país, le devolverá la confianza al sector agrario. Si la Ley de Promoción Agraria ha dado resultados notables, que continúe.