El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
Siempre me voy a enamorar de quien de mí no se enamora, es por eso que mi alma llora… y ya no puedo más. Más de una persona de seguro se identifica con aquella frase de la canción “Vivir así es morir de amor” porque en algún momento de su vida pasó por aquella situación. La música popular en español está en estos días de luto por la muerte de Camilo Sesto, a la edad de 72 años, el pasado domingo por la madrugada en España. El considerado “Sinatra hispano” y especialmente sus canciones forman parte, desde hace muchos años, del imaginario colectivo del mundo de habla hispana, y su influencia, tanto directa como indirecta, es innegable incluso en los músicos y cantantes de hoy.
Nació en la ciudad de Alcoy, España, en 1946; y Los Dayson fue su primera experiencia musical, en donde cantaba para recepciones de bodas. Fue recién en 1971 que el español publicaría un disco solista titulado Algo de mí, el cual llegó a vender 17 millones de copias, y que dejaba establecida la marca personal de este cantautor: una voz suave y un estilo que combinaba instrumentos clásicos con ritmos apegados al pop. Camilo Sesto se presentó entonces como la contraparte –en términos generales– de Nino Bravo, quien en esa época era el artista que más sonaba en el país de Don Quijote, por su voz dramática y ruda.
En décadas de 1970 y 1980 Camilo Sesto publicó alrededor de 16 álbumes, todos ellos llenos de canciones que se convertían pronto en éxitos. la lista parece interminable, e incluye títulos como “Quieres ser mi amante”, “Perdóname”, “Fresa Salvaje” o “Nunca me amaron así”, muchos de los cuales son hoy considerados clásicos de la música popular en buena parte del mundo. Pero fue en su natal España y en Latinoamérica donde tuvo más admiradores y seguidores; y en Estados Unidos fue catalogado por diferentes medios como el “hispanohablante más influyente”, lo que no es poca cosa.
Su fama internacional aumentó a raíz de interpretar a Jesucristo en la ópera “Jesucristo Superstar” (1975). Camilo Sesto tomó esta adaptación como un proyecto personal, y tuvo que traducir las canciones al español, e invertir su propio dinero con tal de llevar la producción de Andrew Lloyd Webber a su país, siendo la primera adaptación del musical al español. Es como si hoy “La La Land”, el más exitoso de los musicales recientes llegase a tener una versión en español hecha por, por poner un par de ejemplos, Juanes o Alejandro Sanz. Algo adelantado para la época.
A pesar de su gran carrera musical, Camilo Sesto no estuvo exento de polémicas. Hasta su fallecimiento se comentaba que no tenía ninguna cercanía con su hijo, que vivía sus últimos días en la soledad, por decisión propia, y que detestaba el matrimonio. Su única pasión fue cantar en escenarios, llegar al hotel y luego firmar autógrafos, a pesar de ser el divo preferido de todas las adolescentes y universitarias de la época. Afirmaba también en las entrevistas que conocía las ciudades por postal, ya que lo único que recordaba eran a los vestuarios; así se lo comentó a Jaime Bayly en el 2011 en una entrevista otorgada en Miami, señalando que conocía todo el mundo y nada de él. Esa fue siendo esa una de las razones que lo llevaron a realizar la “Gira del adiós” en esos años.
El Perú nunca fue ajeno a sus éxitos: desde el dueto con Gisela Valcárcel en el año 1992 hasta su última presentación en nuestro país, en el 2014, los peruanos siempre hicimos sentir a Camilo como local. Tanto así que su última entrevista se la concedió a un peruano, Jonathan Cabrera, en la que dijo que quería que lo recordaran como a un amigo. Ya llevaba bastante tiempo alejado de los escenarios, aunque seguía publicando discos para su fans; como Camilo sinfónico, su último álbum, publicado en el 2018. Lamentablemente ya padecía de una severa insuficiencia renal que lo estaba perjudicando de manera personal, que finalmente fue la responsable de que, luego de 40 años de carrera y 72 de vida, dejara de existir. ¿Quién será ahora el cantante que tome la posta?
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