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La brillante carrera del extraordinario actor estadounidense recién fallecido
El suicidio del actor norteamericano Robin Williams (1951-2014) resulta casi inexplicable. Hijo de un próspero ejecutivo de la industria automotriz, Williams lo tuvo todo desde su nacimiento: estudió en la más prestigiosa universidad especializada en artes (Julliard School de Nueva York), antes de los 30 años protagonizó una exitosa serie de televisión (Mork & Mindy) y durante más de una década figuró en la lista de los actores mejor pagados de Hollywood; además de recibir los mayores reconocimientos por su trabajo, incluyendo cuatro Globos de Oro y un Oscar.
El comediante
Williams nació especialmente dotado para la comedia: un espíritu lúdico, facilidad para gesticular, locuacidad, talento para imitar acentos y voces, gran ingenio y capacidad de improvisación, etc. Desde los años setenta apareció como actor invitado en los más exitosos programas cómicos de la televisión, algo que se mantuvo a lo largo de toda su vida, desde la serie “Días Felices” hasta “Saturday Night Live” y “Friends”. Además dio su voz a algunos de los personajes más divertidos de películas y series de animación. Su trabajo más reconocido en esta área fue como el Genio de la película Aladino (1992), de Disney; y el más reciente, la voz del perro Dennis de la película Absolute Anything (2014), que todavía no ha sido estrenada.
La época dorada
No obstante, Williams desde los inicios de su carrera, incursionó paralelamente en el drama, género al que pertenecen algunas de las películas por las que, sin duda, será recordado. En Good Will Hunting (1997), que le hizo ganar su único premio Oscar, interpreta a un psicólogo que no puede superar la trágica muerte de su esposa y que, a pesar de eso, ayuda al joven protagonista a encontrar su propio camino. En La sociedad de los poetas muertos (1989) es John Keating, un poco ortodoxo profesor de literatura en una rígida universidad norteamericana de los años cincuenta. En The Fisher King (1991) William representa a un homeless, un vagabundo loco que cree ser un caballero en la búsqueda del Santo Grial. Solo en Buenos días, Vietnam (1987) interpreta a un personaje “divertido”: un locutor de la radio militar norteamericana durante la guerra de Vietnam.
El síndrome de Peter Pan
Precisamente esa capacidad para pasar de un registro actoral a otro (de la comedia al drama) caracteriza a buena parte de los roles que le ofrecían a Williams, casi todos marcados por una “doble” personalidad. En Mrs. Doubtfire (1993) hace de un padre que tiene que disfrazarse de niñera para estar cerca de sus hijos. En Jack (1996) es un niño de diez años que, debido a una rara enfermedad, tiene la apariencia de un hombre de más de 40 años; algo similar sucede en Jumanji (1995), en la que Williams encarna a Alan Parrish un hombre que desde los diez años de edad quedó atrapado en un extraño juego de mesa. Pero al respecto, su rol emblemático es el de la película Hook (1991), dirigida por Steven Spielberg, en la que Williams interpreta a un Peter Pan ya cuarentón, pero que anhela volver a su infancia.
Hemos mencionado apenas una decena de películas, pero Robin Williams participó en alrededor de 70; la mayoría de ellas grandes éxitos de taquilla en todo el mundo. Sin lugar a dudas, es uno de los actores más populares de la historia del cine.
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