El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
El gran artista gráfico argentino Joaquín Lavado (mundialmente conocido como Quino) murió el día de ayer en Mendoza (su ciudad natal) a la edad de 88 años. La noticia inmediatamente inundó las redes sociales, con numerosas muestras de pesar y testimonios personales de admiración al caricaturista. Una demostración de que Quino fue, gracias a su humor fino e inteligente, una de las personalidades más queridas y respetadas del mundo de habla hispana. Especialmente por las tiras cómicas de Mafalda, su más conocida creación, en las que un grupo de niños nos brindan, de una manera irónica y tierna, su “visión” del mundo de los adultos: desde el trabajo doméstico y rutinario hasta la política internacional. Para todos los hispanohablantes nacidos entre los años sesenta y ochenta del siglo pasado, los personajes de Mafalda han sido primero compañeros de infancia y después cómplices en la adolescencia. De ahí el masivo reconocimiento que hoy se le brinda a su creador.
Hijo de una pareja de españoles emigrados a Argentina por la Guerra Civil, Quino nació el 17 de julio de 1932. Por la influencia de un tío dibujante, desde niño decidió dedicarse a las artes plásticas. A los trece años de edad ya estaba estudiando en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza; pero poco tiempo después quedaría huérfano, por lo que tuvo que abandonar los estudios y buscar a trabajo, como dibujante, en diversas editoriales. En 1954, tras hacer el servicio militar obligatorio, se radicó en Buenos Aires, donde comenzó a colaborar con frecuencia diarios y en revistas de todo tipo, desde TV Guía hasta Democracia. En 1963 publicó su primer libro, Mundo Quino, una recopilación de sus trabajos de esa primera etapa. Gracias al éxito del libro, recibió de una empresa publicitaria la propuesta de desarrollar una tira de historietas para promocionar la marca de electrodomésticos Mansfield. La historia es conocida: para esa campaña (que no se realizó) Quino creó el personaje de una niña de ocho años a la que llamó Mafalda, para que evocara el nombre de la compañía.
Mafalda se comenzó a publicar como tira cómica en 1964. Al principio los personajes eran solo Mafalda, su hermano Guille y los padres de ambos. Poco a poco fueron sumándose otros personajes: el tímido Felipe (con quien Quino decía identificarse), el “comerciante” Manolito (hijo de españoles, dueños de una bodega), la “burguesa” Susanita, la izquierdista Libertad y el inocente Miguelito. Pronto la caricatura trascendió las fronteras argentinas, y se hizo muy popular en toda Latinoamérica; y también en Europa, especialmente en España e Italia. En el prólogo del primera edición italiana del libro recopilatorio de la tira cómica, Umberto Eco dice lo siguiente: “Mafalda no es solamente un personaje de historieta más; es, sin duda, el personaje de los años setenta, una heroína de nuestro tiempo… Mafalda refleja las tendencia de una juventud inquieta que asume aquí la forma paradojal de disidencia infantil, de esquemas psicológicos de reacción a los medios de comunicación de masas, de urticaria moral provocada por la lógica de la Guerra Fría, de asma intelectual causada por el Hongo atómico”.
Mafalda se publicó solamente durante nueve años, hasta 1973. Después de eso, Quino se radicó en Milán (Italia), y se dedicó a hacer humor gráfico sobre temas políticos y sociales. La calidad de estas obras –en las que se conjugan audaces propuestas plásticas con lúcidas reflexiones– hizo que Quino obtuviera los más importantes reconocimientos, como el consagratorio Premio Príncipe de Asturias 2014.
COMENTARIOS