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El regreso de tres buenas novelas consagradas
Hay muchas buenas obras literarias que nacen sin pretensiones de convertirse en best sellers. Publicadas por editoriales independientes y en pequeños tirajes, son leídas con entusiasmo por su “público objetivo”, y a lo largo del tiempo son reeditadas varias veces, para que nuevas generaciones de lectores descubran sus secretos encantos. Acaso uno de los mejores ejemplos de este tipo de libros es Por qué hacen tanto ruido —aparecido originalmente en 1992 y vuelto a publicar recientemente por la editorial Intermezzo Tropical—, de la poeta y narradora Carmen Ollé (Lima, 1947). Un libro entre la ficción y el testimonio personal, en el que la autora reflexiona, a través de un alter ego narrativo, sobre la triple crisis que tuvo que enfrentar a finales de los ochenta: de pareja (su matrimonio con el poeta Enrique Verástegui), literaria (la búsqueda de nuevos rumbos después de la publicación de su gran poemario Noches de adrenalina) y económica (la pérdida de la casa familiar).
Tras leer este libro, la reconocida poeta Blanca Varela escribió “Lo he seguido, página tras página, construyendo y destruyendo lo que cualquiera podría calificar como un episodio aparentemente novelado de su vida [de Carmen Ollé] de mujer y de escritora. El relato recurrente y atemporal de la lucha con el ángel fornicador y poeta, lucha no a muerte sino a vida, es una de las pistas de este laberinto que conduce a otros más intrincados: la infancia, la madre, el desarraigo, la enfermedad, la pobreza y la humillación”. Por su parte, el recordado crítico Antonio Cornejo Polar afirmó que Por qué hacen tanto ruido “retoma con vigor inusitado el programa de las vanguardias históricas, aquellas que quisieron reconciliar el arte y la vida; y también incide verticalmente, con lucidez que de verdad admiro, en el carácter discursivo de la experiencia humana, incluyendo la experiencia del cuerpo y del deseo”.
Otro libro recientemente reeditado es Barrunto (2001) de Juan José Sandoval (Lima, 1976), un relato que ya es todo un símbolo de la narrativa limeña reciente, dentro del ámbito de lo urbano marginal. La historia centrada en el mundo de las barras bravas –con toda la miseria, violencia y drogas que imperan en ese ambiente– llama la atención por sus temas y personajes, así como por la frescura y originalidad de la narración. Y esa vitalidad narrativa proviene de un innovador empleo de elementos propios de la cultura audiovisual y masiva en la que hoy viven inmersos los jóvenes de todo el mundo. Por eso en el 2004 Mauricio Franco hizo de Barrunto un exitoso corto de video, que obtuvo diversos reconocimientos internacionales. Y esta nueva edición, Barrunto (2015, Contracultura), el libro se ha convertido en un cómic, con dibujos de David Galliquio Bazalar.
Por último, se ha reeditado también el libro Escuchando tras la puerta, el conjunto de relatos fantásticos que el escritor y diplomático Harry Belevan (Lima, 1945) publicara hace exactamente cuarenta años. El libro tuvo un prólogo de Mario Vargas Llosa, en el que nuestro Nobel afirmaba que “esta colección de relatos es un hervidero de literatura, un recital en el que el creador impone, inseparablemente unidas, su persona y la de sus autores favoritos… Con sorpresa, descubrí que estos cuentos me habían llevado a releer a Kafka y a Borges, a Bioy Casares y a Buzzati”. Como se sabe, Belevan es uno de los más destacados cultores y estudiosos del relato fantástico en nuestro país, además de autor de los libros Teoría de lo fantástico (1976) y Antología del cuento fantástico peruano (1977). Esta edición de Escuchando tras la puerta (2015, Animal de invierno) ha sido “corregida y aumentada por el autor”, y cuenta con un ensayo interpretativo de José Güich y, por supuesto, con el prólogo original de MVLL.
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