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La muerte de uno de nuestros más grandes novelistas
En la tarde de ayer falleció, víctima de una dolencia cardiaca, el escritor Miguel Gutiérrez (Piura, 1940) uno de los más importantes narradores peruanos de los últimos cincuenta años, autor de la monumental obra La violencia del tiempo (1991), considerada por la crítica especializada como la mejor novela peruana de los años noventa. Fue además un muy buen crítico literario y ensayista, y junto con el también recientemente fallecido Oswaldo Reynoso lideraron el Grupo Narración (1966-1980), del que surgió toda una generación de muy buenos escritores. Izquierdista y marxista de corazón, y como tal reticente a los caprichos del mercado, recién en este siglo se animó a publicar en las más importantes editoriales, con lo que su nombre alcanzó el prestigio y reconocimiento internacional que sin duda merecía.
Gutiérrez nació en la ciudad de Piura y ahí hizo sus estudios escolares, en un colegio religioso; experiencia que es el tema de su primera novela: El viejo saurio se retira (1969). Concluida su etapa escolar viajó a Lima a hacer sus estudios superiores, primero en la Universidad Católica y después en San Marcos, donde se graduó en 1967 con la tesis “Estructura e ideología en Todas las sangres”. Por esa época fundaría, junto con Reynoso y otros escritores, el Grupo Narración, dedicado no solo a potenciar las obras de estos autores, sino también a que en ellas se reflejen las vidas de los peruanos más pobres: obreros, campesinos, habitantes de las zonas urbano marginales. Por ello, este grupo significó la más importante renovación de la narrativa peruana de los últimos tiempos.
Después de que Narración se desintegró Gutiérrez retomó su propia obra, iniciando la ambiciosa saga novelesca de la familia Villar. La base fue un episodio histórico, el levantamiento de un grupo de bandoleros en Piura (1910); pero el relato es más que nada una sistemática reflexión sobre el papel de la violencia dentro del devenir histórico. La primera entrega fue la novela Hombres de caminos (1988), y la segunda —mucho más desarrollada y compleja— la mencionada La violencia del tiempo (1991). Completan este segundo y brillante ciclo de la producción de Gutiérrez, las novelas La destrucción del reino (1992), Babel, el paraíso (1993) y Poderes secretos (1995), todas de excelente factura.
Estudioso de la literatura peruana y mundial de los siglos XIX y XX, Gutiérrez escribió y publicó numerosos libros de ensayo y crítica literaria. Acaso el más conocido y polémico sea La generación del cincuenta. Un mundo dividido (1988), un minucioso ajuste de cuentas “ideológico” con la generación de escritores que lo precedió. A este libro se suman Celebración de la novela (1996), Los Andes en la novela peruana actual (1999), El pacto con el diablo (2007) y volúmenes completos dedicados a grandes escritores: Borges, Vallejo, Kafka, Ribeyro y Faulkner.
La obra de Gutiérrez se completa con las cuatro novelas que publicó en este siglo y que constituyen su tercer ciclo creativo, el de la madurez: El mundo sin Xóchitl (2001), un fascinante retorno a la Piura de su infancia; Confesiones de Tamara Fiol (2009), un repaso de la historia política peruana del siglo XX; y Una pasión latina (2011) y Kymper (2014), ambiciosos relatos policiales que tiene como trasfondo a la violencia política del Perú de las décadas pasadas. Con la muerte de Gutiérrez hemos perdido a uno de los más grandes novelistas peruanos de la actualidad.
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