Mérito a Ricardo Piglia

Escritor argentino es distinguido con el Premio Formentor 2015 a las letras.

El Premio Formentor de la Letras, otorgado por un importante grupo de editoriales españolas, ha sido concedido este año al escritor argentino Ricardo Piglia (Buenos Aires, 1941). Este premio está dotado con una bonificación económica de 50,000 euros, y en el pasado lo han recibido escritores tan prestigiosos como Jorge Luis Borges (1961), Saul Bellow (1965), Carlos Fuentes (2011) y Javier Marías (2013). El Formentor comenzó en los años sesenta, impulsado por el editor Carlos Barral desde la isla española de Mallorca. Pero la iniciativa solo tuvo vigencia hasta finales de esa década; después hubo una larga interrupción, y el premio recién ha vuelto a entregarse anualmente a partir del 2011.

En esta oportunidad el jurado estuvo presidido por Basilio Baltasar y conformado además por Darío Villanueva, director de la Real Academia Española, y los escritores Félix de Azúa, José Ángel González y Marta Sanz. Ellos decidieron premiar a Piglia por ser “autor de una obra narrativa que se desenvuelve armónicamente, entre la originalidad de la cultura popular y la tradición más exigente… lo que la sitúa por encima del proceso de desliteraturización que padece la novelística actual”. También porque Piglia “vuelca en el poso de un ferviente lector la mirada de un crítico literario perspicaz y el conocimiento de un teórico de la literatura…y ha elevado a rango estético de primera magnitud el hablar de literatura y departir de escritores, reficcionalizando obras, autores, anécdotas o azares, con rara maestría y refinado espíritu”.

A pesar de la brevedad de su obra, Ricardo Piglia es uno de los escritores más respetados de la literatura argentina actual. Aunque había publicado varios libros de cuentos, el reconocimiento le llegó recién con su primera novela, Respiración artificial (1980), cuando el autor ya tenía casi cuarenta años. Desde entonces solo ha publicado cuatro novelas más, entre las que destacan Plata quemada (1997) y Blanco nocturno (2010), esta última ganadora del Premio Rómulo Gallegos. Son novelas en las que, dentro de la línea de los cuentos de Borges, se combina la narración con la reflexión (Piglia es también un muy buen ensayista); desde cuestiones de sentido común hasta las teorías de los intelectuales más destacados de todos los tiempos, y todo ello sin que el texto pierda tensión narrativa.

Desde hace algunos años, Piglia padece una enfermedad degenerativa (esclerosis lateral amiotrófica), que apenas le permite moverse, pero que no afecta su capacidad intelectual. Por eso ha seguido trabajando, con la ayuda de una asistente; especialmente en la redacción de sus diarios y de una novela basada en ellos: Los diarios de Emilio Renzi, a punto de ser publicada. Tras enterarse de que le había sido otorgado el Premio Formentor, Piglia se mostró muy agradecido y reflexionó un poco sobre su oficio y nuestros tiempos: “la literatura persiste en nuestra época porque uno de sus horizontes es justamente contar cómo sobreviven los hombres en esta intemperie que no tiene fin. Malos tiempos para la lírica, ha dicho un poeta… El reconocimiento de los colegas es el mejor halago al que podemos aspirar”.