El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
Historias contadas a través de baladas ochenteras
En apenas tres años la productora Tondero se ha convertido en la más importantes de la cinematografía peruana, con grandes éxitos de taquilla como Asumare! (2013), A los 40 (2014) y Asumare! 2 (2014), así como películas más ambiciosas, como Magallanes (2015). Volviendo a la línea del entretenimiento, Tondero nos entrega ahora la primera película musical peruana: Locos de amor (2016), una comedia dramática dirigida por Frank Pérez-Garland, con la asesoría musical de Manolo Barrios y basada en un guion escrito por Bruno Ascenzo y Mariana Silva.
Locos de amor presenta las historias de amor, desamor, ilusión y desilusión de cuatro primas, dos de las cuales son hermanas, pero que básicamente son un grupo de muy buenas amigas, que se brindan soporte emocional unas a las otras, y además con mucho humor. Las historias de estas mujeres —interpretadas por las actrices Gianella Neyra, Rossana Fernández Maldonado, Lorena Caravedo y Jimena Lindo— que bordean los cuarenta años de edad, se van contando en base a entrañables baladas de los años ochenta —exactamente como se hizo en la película Mamma mia! (2008) con las canciones del grupo Abba—, que hasta ahora se mantienen vigentes gracias a la persistente difusión de la radioemisoras y a los karaokes.
Estas canciones prestan toda su carga emocional y dramática a las historias. Por ejemplo “Carmín”, la recordada composición de Roxana Valdiviezo, es interpretada aquí por Caravedo cuando su personaje, ante la proximidad de la menopausia, replantea su vida y abandona a su esposo y el hogar en busca de nuevas emociones. Por su parte, Neyra hace de una periodista que ve cómo pasan los años y su novio no se decide a planificar un futuro en común. La tercera historia, la del personaje interpretado por Fernández Maldonado, es la de una mujer engañada por su esposo; y la última historia, la del personaje de Lindo, es la de una soltera independiente que se involucra con su joven profesor de yoga y queda embarazada. Son todas historias sencillas, sin giros sorpresivos ni complicaciones de ningún tipo.
Los actores transitan con facilidad y naturalidad del humor al drama y realizan esfuerzos, a veces insuficientes, para cantar y ejecutar las coreografías, todo ello dentro de un ambiente lúdico y fresco. Pérez-Garland y Barrios asumen el reto de experimentar con el formato musical de entretenimiento y lo hacen con éxito, pues logran una buena puesta en escena, a pesar de desarrollar su trabajo en las más diversas locaciones: parques, centros comerciales, oficinas de trabajo. La interpretación de cada canción —la lista incluye baladas como “Locos de amor”, “Eres tú”, “A escondidas”, “A esa”, “Quererte a ti”, etc.— ha sido trabajada, apostando por lo seguro, dentro de la estética propia de los videoclips: planes cenitales, travelings y otros recursos formales.
A diferencia de otras películas peruanas en clave de humor —incluidas las más exitosas de Tondero—, en esta sí se logra mantener una línea de continuidad y el ritmo narrativo apropiado. Y en gran medida eso se debe al oficio de Pérez-Garland, quien tuvo un aceptable debut con la película Un día sin sexo (2006), y después ha dirigido La cara del diablo (2014) y Ella & él (2015). Musical pulcro y correctamente elaborado, Locos de amor cumple con eficiencia su modesto cometido: brindar 110 minutos de entretenimiento a los numerosos aficionados a las baladas en idioma español.
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