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Sobre la más antigua plaza de toros de América
Considerada uno de los más importantes monumentos históricos de la colonia, la Plaza de Acho cumplirá el próximo sábado 250 años de existencia. Fue oficialmente inaugurada por el virrey Manuel de Amat y Juniet el 30 de enero de 1776, por lo que es la plaza de toros más antigua de América y también una de las más grandes del mundo. En ella se lleva a cabo, todos los meses de octubre, la famosa Feria del Señor de los Milagros, evento en el que los más destacados toreros del mundo disputan el preciado Escapulario de Oro. Además, en la plaza se suelen realizar eventos culturales de todo tipo, especialmente presentaciones de músicos populares.
La afición por la tauromaquia fue muy fuerte en la Lima de inicios del siglo XVIII. A la llegada del virrey Amat a la ciudad, en 1761, se le homenajeó con una gran corrida de toros, realizada en un coso con tribunas de madera que entonces existía en la margen derecha del río Rímac, en el actual distrito del Rímac. Amat decidió que en ese mismo lugar podría levantarse una “plaza fuerte” de toros. La monumental construcción se inició en 1765, bajo el mando del alarife Cristóbal de Bargas, con un diseño octogonal (que se conservó hasta inicios del siglo XX), acabados de estilo mudéjar y un ruedo (el espacio en el que se realiza el espectáculo) de 92 metros de diámetro.
Como correspondía en la fastuosa Lima virreinal, la inauguración de la plaza (que no estaba completamente concluida) fue un gran evento, una celebración colorida y popular: “Se lidiaron 16 reses destinadas para los diestros de a pie y a caballo… En el cartel figuraron tres destacados toreros… y el primer toro que pisó el ruedo se llamó Albañil Blanco, procedente de la hacienda Gómez, ubicada en la localidad de Cañete”, dice la página web oficial, basándose en las investigaciones de Aurelio Miró Quesada y José Emilio Calmell.
Una vez concluida, la plaza fue llamada “del Hacho” o “del Acho”. Según algunos especialistas, el nombre se originó por su gran altura, similar a la del monte Hacho español. Según otros, por la palabra quechua “haacho”, que significa parte alta, desde donde se puede ver el mar. Lo cierto es que, en efecto, desde la cumbre de este monumento se podía ver (en días despejados) el mar. Y en sus alrededores se encuentran algunos reconocidos monumentos históricos de la Lima colonial, como la Alameda de los Descalzos y el Paseo de Aguas.
A lo largo del tiempo, la Plaza de Acho ha ido evolucionando como respuesta a las demandas de la ciudad. En 1865, y con motivo de su centenario, la plaza fue completamente refaccionada, recuperando toda su monumentalidad. En 1944 fue remodelada, bajo la dirección del arquitecto Francisco Graña Garland, reduciendo el ruedo a 60 metros de diámetro (con lo que dejó de ser el más grande del mundo) para aumentar el aforo (cantidad de espectadores). Es en esta renovada plaza que, en 1946, comienza a realizarse la Feria del Señor de los Milagros.
Actualmente, con el auge de las propuestas ecologistas y animalistas, el espectáculo taurino está siendo seriamente cuestionado; con toda seguridad, desaparecerá en un futuro próximo. Con ello la Plaza de Acho, ubicada en una de las zonas más populosas de Lima, recuperará su importancia como escenario natural de los más trascendentales eventos culturales realizados en nuestra ciudad.
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