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Sobre el triste deceso de Laura Antonelli, figura y símbolo del cine italiano.
Hace dos días, el 22 de junio, falleció Laura Antonelli, una de las grandes divas y símbolo sexual de la cinematografía italiana en los años setenta. Trabajó en medio centenar de películas —desde Le sediceni (1965) hasta L’avaro (1989)—, pero el público la recuerda por su sensuales roles protagónicos en películas como Malicia (1973) y Pecado venial(1974). Obtuvo dos veces el Premio David de Donatello (el Oscar italiano), entregado por la Academia del Cine Italiano, en 1973 y 1985. No obstante ese pasado de esplendor, el final de su vida estuvo lleno de problemas. Finalmente murió sola, en su casa en las afueras de Roma, a causa de un ataque al corazón.
Laura Antonelli nació en Istra, una isla del mar Adriático que entonces formaba parte de Italia y que hoy pertenece a Croacia, el 28 de noviembre de 1941. A consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, su familia tuvo que desplazarse a Nápoles, donde Laura se recibió de profesora de Educación Física. Paralelamente trabajaba como actriz de fotonovelas y debutó en el cine haciendo pequeños papeles en películas eróticas, al lado de actores como Lando Buzzanca. Hizo muchas de estas películas menores, hasta que protagonizó Malicia, película en la que representó a una hermosa mucama que enamora tanto a su patrón como al hijo de este. La película fue un gran éxito y junto con Pecado venial consagraron a Antonelli como una de las “cuatro bellísimas” del cine italiano, al lado de Femi Benussi, Alida Valli y Sylvia Koscina.
Fue en esa época que se casó con el famoso actor francés Jean Paul Belmondo, y la carrera de Antonelli dio un tremendo salto cualitativo. Los más importantes directores italianos comenzaron a convocarla para trabajar en importantes proyectos: con Claude Chabrol hizo Treppola per un lupo, con Dino Rissi hizo Sensomatto, con Luigi ComenciniMio Dio come sono caduta in basso!, con Luchino Visconti L’innocente y con Ettore Scola Passione d’amore, entre otras películas. En todos estos trabajos se pudo comprobar que Antonelli, además de ser una mujer sumamente hermosa, era también una muy buena actriz. Por la última de las películas mencionadas recibió su segundo Premio Donatello.
La trayectoria cinematográfica de Laura Antonelli se detiene abruptamente a finales de los años ochenta. Con más de 45 años de edad, la actriz recurrió a la cirugía estética para disimular el envejecimiento de su rostro, pero los resultados fueron desastrosos. A partir de entonces, las desgracias se sucedieron una tras otra en su vida. En 1991, la policía encontró cocaína en su casa, por lo que estuvo una larga temporada con arresto domiciliario. En 1996, fue internada en una clínica psiquiátrica, por problemas de salud mental.
En los últimos años, un grupo de colegas actores, encabezados por Lino Banfi, organizó una cruzada para rehabilitar a Antonelli y devolverla las pantallas de cine. La propia actriz se apuró a terminar con esta iniciativa: “Agradezco a todos aquellos que se preocupan de mi situación… La vida terrena ya no me interesa. Quisiera ser olvidada”, respondió en un comunicado público.
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