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¡SPOILERS! - Cuarta temporada de la serie de Netflix
La serie de televisión House of cards (2013) ya ha pasado a la historia por varios motivos. Especialmente por ser la primera serie producida para streaming (para Netflix, canal de televisión que difunde sus programas a través de Internet) que compitió de igual a igual con las más importantes series de señal abierta y cable (Breaking Bad y Games of Thrones, por ejemplo); incluso en su primera temporada sus dos protagonistas (Kevin Spacey y Robin Wright) obtuvieron los premios Globo de Oro a Mejor Actor y Actriz de Serie Dramática. A inicios de este mes, Netflix hizo pública la cuarta temporada (trece capítulos nuevos) de esta fascinante serie que cuenta el ascenso y la caída de Frank Underwood (presidente de Estados Unidos en la ficción) y su esposa Claire.
Como se sabe, uno de los principales atractivos de House of cards es presentar de manera cruda y descarnada todas las intrigas que se producen al “interior” del poder político. Al inicio de la serie, Underwood era un congresista norteamericano, el encargado de coordinar a la bancada demócrata, y él mismo le explicaba al público (a los televidentes), rompiendo la “cuarta pared”, en qué consistían esas intrigas (que incluso han llegado al crimen). Así lo hemos visto ascender, siempre apoyado por Claire, a vicepresidente y poco después forzar la renuncia del presidente. Esta cuarta temporada resulta especialmente atractiva para los peruanos, pues narra lo concerniente a las elecciones norteamericanas, lo que coincide con nuestra coyuntura política actual. Pero además de algunas “componendas”, acuerdos secretos entre políticos, no hay muchas semejanzas entre esos dos procesos. Por el contrario, llama la atención la forma absolutamente democrática en que los partidos gringos eligen a sus candidatos, algo casi impensable en nuestro medio.
Nuevamente House of cards nos muestra cómo es que se toman algunas de las más importantes decisiones políticas en Estados Unidos, en las que suelen primar los intereses económicos antes que el bienestar del país. La novedad esta vez es que tanto el presidente como su primera dama ya no están en ascenso, sino que más bien su oscuro pasado se ha convertido en una carga cada vez más pesada. Así, Underwood es abaleado hacia la mitad de la temporada, y en su dolorosa recuperación ese pasado se convierte en tortuosas alucinaciones. Además, la pareja presidencial tiene que enfrentar la competencia de una nueva generación de políticos jóvenes, encarnados en el personaje de Will Conway, el candidato presidencial republicano, tan o más arribista que el propio Underwood, quien pierde la contienda por no contar con una esposa tan ambiciosa como Claire. Finalmente, cuando los Underwood enfrentan su mayor crisis de credibilidad, apelan al último recurso de los políticos: iniciar una guerra. Así, la ambición de la pareja lleva a todo un país a un terrible conflicto internacional.
Como se sabe, los entretelones del poder político están también entre los temas dominantes de la obra del escritor peruano Mario Vargas Llosa, cuyas novelas constituyen “una cartografía de las estructuras del poder” según dijo la Academia Sueca al entregarle el Premio Nobel de Literatura 2010. Esta cuarta temporada de House of cards ha coincidido con la publicación de la nueva novela de Mario Vargas Llosa, Cinco Esquinas, y hay inevitablemente varias coincidencias entre ambas ficciones. La principal de ellas es una escena en común, aunque con ligeras variantes: un hombre inocente cae en prisión, donde tiene que someterse a la más degradante experiencia (masturbar a su compañero de celda) para poder sobrevivir. En ambas ficciones la escena grafica claramente que si bien que los excesos del poder político no solo corrompen y degradan a las autoridades sino también a toda la sociedad.
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