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Con exactamente cien años de edad, ayer nos dejó don Francisco Miró Quesada Cantuarias, uno de los más reconocidos filósofos peruanos y a la vez un destacado hombre de prensa, que desde muy joven colaboró con el diario El Comercio, propiedad de la familia Miró Quesada. Es importante destacar esas dos actividades, llevadas ambas de manera brillante: por un lado la académica, pues FMQC llegaba ser presidente de la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía; y por el otro la periodística, en la que su principal aporte fue la creación y dirección, durante décadas, del suplemento El Dominical de El Comercio.
José Francisco Miró Quesada nació en Lima, el 21 de diciembre de 1918, y sus padres fueron el conocido periodista Oscar Miró Quesada (director de El Comercio, más conocido por su pseudónimo RACSO) y María Josefina Cantuarias. Hizo su educación escolar en Francia y Lima, y sus estudios superiores de Filosofía en la Pontificia Universidad Católica.
(Lima). Posteriormente continuaría su formación académica en la Universidad de San Marcos, en la que se graduaría en Matemáticas, Filosofía y Derecho. En 1940, a los 22 años de edad, ya era profesor en San Marcos, dictando cursos de Filosofía, Lógica y Matemáticas. Paralelamente, desde los 19 años comenzó a colaborar en El Comercio, con textos de divulgación en los que conjugaba su rigurosa formación académica con su vocación pedagógica. El primero de esos textos llevó el expresivo título de: “La filosofía de Schopenhauer y los dibujos animados”.
A inicios de los años cincuenta el prestigio de FMQC ya trascendía las fronteras peruanas. En 1952 fue becado por la Unesco, y poco después la Universidad de Bonn lo contrató como catedrático. A su regreso al Perú fue nombrado ministro de Educación, durante el Gobierno de Fernando Belaunde, y desde entonces estuvo muy vinculado a las más valiosas iniciativas sobre educación pública en nuestro país (como las propuestas de educación bilingüe). Esta participación en política lo llevaría a desempeñarse como embajador del Perú en Francia (1967). Aquellos fueron también los años de su mayor vigencia en el periodismo, especialmente a través del suplemento El Dominical, que fundó y dirigió, y que contó con colaboraciones de los más prestigiosos escritores e intelectuales peruanos de la época (desde Mario Vargas Llosa hasta Jorge Basadre), y también de destacados intelectuales de todo el mundo.
En el campo académico, FMQC se preocupó por introducir en la región las más novedosas corrientes epistemológicas contemporáneas. Pero su principal contribución fue su idea sobre la existencia de una filosofía propia de nuestro continente (Latinoamérica), basada en aportes como la lógica del brasileño Newton da Costa. En ese sentido, se destacan sus libros: Despertar y proyecto del filosofar latinoamericano (1974) y Proyecto y realización del filosofar latinoamericano (1981). Estos textos le valieron ser reconocido como uno de los líderes del pensamiento filosófico de la región, y por ello fue el primer americano elegido como presidente de la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía, en Moscú en 1990. Otros reconocimientos importantes que obtuvo a lo largo de su vida son la Orden del Sol del Perú (en el grado de Gran Cruz), y la Orden Nacional de la Legión de Honor (Francia).
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