El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
Apropósito de las presentaciones de nuevos libros en la FIL 2015
La Feria Internacional del Libro de Lima, cuya vigésima edición se viene realizando exitosamente en estos días, es desde hace mucho tiempo el mayor evento de nuestro mundo cultural. Durante dos semanas, el recinto de la feria se convierte en punto de encuentro de escritores, editores, librerías, empresas distribuidoras, periodistas culturales y lectores en general; todos ellos congregados para participar la gran fiesta de los libros, sin lugar a dudas el más importante medio de transmisión de ideas y de cultura. Pero la verdadera protagonista de la feria es la literatura peruana actual, pues nuestros escritores aprovechan el evento para presentar públicamente sus más recientes trabajos.
Durante cada día de la feria se llevan a cabo más de una docena de presentaciones de nuevos libros. Cada presentación se realiza con la presencia del autor y dos o tres personalidades invitadas, casi siempre escritores amigos del autor, quienes comparten una “mesa” de conferencia, durante una hora, en alguno de los seis auditorios de la FIL. Y como en Lima no hay demasiados escritores, el resultado es el siguiente: un día el escritor X presenta su libro, contando con la presencia de los escritores Y y Z, quienes elogian con gran entusiasmo a X y a su libro; otro día el escritor Y presenta su libro, acompañado en la “mesa” de conferencias por los escritores Z y X, que también llenan de elogios el nuevo libro; y finalmente el escritor Z presentará también su libro con la entusiasta compañía de X e Y.
Si X, Y y Z logran convencer a los lectores de que compren sus libros (pues, según ellos mismos afirman, son las más grandes obras de la literatura peruana actual) todos salen ganando: los autores, los editores y los vendedores de libros. Y para que todo sea un éxito, solo hay que mantener lejos de la feria a los únicos aguafiestas: los críticos literarios honestos. Al menos así lo reconoció el escritor Fernando Ampuero el jueves 23 en la FIL, durante la presentación del libro de cuentos Adormecer a los felices de Diego Trelles. En esa ocasión, Ampuero leyó un texto titulado “Matar a los críticos”, en el que se afirmaba exactamente lo que hemos dicho: “El crítico es una lapa, una presencia pegajosa, un parásito con vocación de aguafiestas. ¡Matémoslo entonces!”.
Por supuesto, Ampuero aclaró que no se refería al crítico “serio y sobrio”, sino a aquel “… sujeto engreído y atacado de narcisismo, que anhela hacerse un sitio golpeando a los novatos o bien colgándose de la fama de los famosos”. La aclaración resultaba imprescindible, aunque no cambia para nada lo que aquí estamos afirmando. Tanto Trelles como Ampuero participarán en cuatro o cinco de estas presentaciones. Pero el récord en esta FIL lo ostenta un escritor mucho menos conocido que ellos, autor de un par de novelas breves, que estará en nada menos que dieciocho (18) “mesas de conferencistas” del evento ferial. Para él, y para otros como él, la FIL es el único medio para alcanzar los tan ansiados quince minutos (o días) de fama.
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