El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
“El callao de fiesta al son de la orquesta, la gente en la calle disfruta y goza esta rumba” es el coro de uno de los últimos temas de Gilberto Santa Rosa, cantautor puertorriqueño, quien llegó en el año 2014 para filmar el videoclip en honor a nuestra principal puerta marina ante el mundo: el Callao. De ser el principal puerto del virreinato, el campo de cientos de batallas, la ciudad que adoptó la salsa como música principal y la cuna de los inmigrantes italianos que llegaron al Perú, el Callao se ha convertido además en uno de las principales regiones del Perú por su historia, cultura y una gran diversidad de características que la vuelven única. Y hoy cumple un año más de su aniversario como provincia constitucional.
No se sabe hasta hoy qué rol tenía para el Imperio incaico; lo que sí se sabe es que ha sido escenario de diferentes batallas a causa del virreinato, ya que hubo varios intentos, por parte de los holandeses e ingleses, para hacerse del control del territorio nacional, creando la necesidad de los españoles de construir una muralla que proteja al puerto. Así se creó la fortaleza del Real Felipe. Pero fue Francisco Pizarro quien creó el primer puerto, por una decisión geopolítica, para dominar el espacio andino, y eligió ese espacio por su cercanía a las bases españolas, según Antonio Zapata, historiador y conductor del programa Sucedió en el Perú. En el Callao desembarcaron diferentes exploradores europeos para explorar el territorio nacional, uno de ellos fue Clements R. Markham, quien llegó desde Panamá e inició su travesía hacia el Cusco por el puerto Chalaco. Además el puerto era atractivo para los piratas que se atrevían a cruzar el estrecho de Magallanes para llegar al océano Pacífico.
A pesar de que en los últimos años ha empezado a tener fama de ser una ciudad insegura, todavía hay un gran flujo de visitantes a lugares como la plaza Miguel Grau, el Real Felipe, La Punta y las Islas Palomino, donde uno puede darse un chapuzón acompañados por lobos marinos. Hace cuatro años surgió la idea de recuperar diferentes puntos del puerto con el fin de convertirlos también en atractivos turísticos y combatir la delincuencia con estética. El callao posee una zona llamada el “Callao monumental”, en la que se encuentran las casonas antiguas, de la época virreinal, recuperadas con mucha pintura, grafitis y arte callejero. Ahí han establecido su locales muchas marcas conocidas. Pero los lugares antes mencionados mantiene bastante de su esplendor. Por ejemplo, el Real Felipe se ha vuelto un museo donde se muestra su historia como fortaleza durante el virreinato, los salones donde se encerreraban a los prisioneros, la puerta del perdón y hasta hay un tour nocturno, ofrecido viernes y sábados, con temática paranormal.
Uno de los aspectos más llamativos del Callao, que se suma a la historia narrada, es su gran relación con la salsa, género musical nacido en Estados Unidos y que deriva del jazz, el cha cha cha, el mambo y la música afrocubana. No por nada cuando llegaba Hector Lavoe lo único que quería hacer era pasear por las calles de nuestro puerto para abrazar a los chalacos y tocar para todos ellos. Hoy, a 26 años del fallecimiento de Lavoe, hay en el Callao, en los llamados “barracones”, un mural con su imagen. La Salsa se ha vuelto tan popular que es imposible no tocar el género musical sin mencionar al Callao en nuestro país. A Luis Rospigliosi, dueño de “El Sabroso”, un local ubicado en el puerto y en el que se solía reproducir las canciones de Tito Puente y Willie Colón, se le otorga la responsabilidad de que el Callao sea salsero desde los inicios de ese género musical.
Está claro que la principal puerta de entrada marítima del Perú sigue conservando cierta tradición relacionada a la sazón tropical, así como a la historia (virreinal y republicana). Y que hoy busca recuperar ciertas zonas para mejorar la estética y las condiciones de vida en este puerto. También existe el el proyecto del megapuerto en la Isla San Lorenzo, un lugar que está en manos de la Marina y que nunca ha sido habitado. No sabemos cómo terminará eso, pero no puede faltar en ese megapuerto todas las características y tradiciones chalacas mencionadas en el presente escrito. ¡Chim pum, Callao!
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