Arturo Salazar Larraín: una vida dedicada al periodismo

Arturo Salazar Larraín (Lima, 1926), una de las grandes personalidades del periodismo peruano –especialmente de la prensa escrita– murió el día viernes, a los 94 años de edad. Su larga trayectoria se inició en el diario La Prensa, que llegó a dirigir por muchos años, y en dos oportunidades fue presidente de la Federación de Periodistas del Perú. Pero además de su destacada labor profesional, Salazar Larraín fue uno de los más tenaces difusores del liberalismo en nuestro medio, lo que lo llevó a postular al Congreso en 1995, representando al Movimiento Renovación Nacional. Fue elegido congresista y compartió bancada con Rafael Rey, Alfonso Baella Tuesta y Enrique Chirinos Soto.

Nacido en Lima, Salazar Larraín inició estudios de Ingeniería en la PUC; pero pronto los dejó por los de Derecho en San Marcos, donde se graduó con una tesis en la que fue asesorado nada menos que por Jorge Basadre. Ya desde su época de estudiante universitario incursionó en el periodismo, con colaboraciones en diversas revistas, pero su conversión en periodista se realizó cuando entró a trabajar a La Prensa, entonces dirigida por el recordado Pedro Beltrán y uno de los diarios más importantes del Perú. Ahí Salazar Larraín adquirió todo el oficio periodístico, pasando de encargado de tipografía a redactor, columnista y editorialista. Hasta que en 1974 la dictadura militar de Juan Velasco expropió el diario, y Salazar Larraín fundó un combativo semanario de oposición “Opinión Libre”, que finalmente le costó tener que marcharse al exilio, en Argentina y Ecuador.

En 1980, con el regreso a la democracia en el Perú, Salazar Larraín volvió a La Prensa, como director. Pero los años bajo el poder de la dictadura habían llevado al diario a una terrible crisis. Para salir de ella, el director convocó a una generación de jóvenes y talentosos periodistas: Enrique Ghersi, Mario Ghibellini, Pablo Cateriano, Juan Carlos Tafur, Jaime Bayly y su propio hijo, Federico Salazar, entre otros. A pesar del talento de estos periodistas, La Prensa no pudo salir de la crisis: el diario quebró y dejó de circular en 1984. Desde entonces Salazar Larraín se convirtió en uno de los más respetados columnistas de opinión de nuestro país, labor en la que continuó hasta hace poco, en el diario El Comercio.

La trayectoria política de Salazar Larraín –siempre en defensa de los principios del liberalismo: el libre mercado, la propiedad privada, la inversión y la libertad en general– se inició muy tempranamente, como concejal y teniente alcalde de los dos gobiernos municipales de Luis Bedoya Reyes. Posteriormente se desempeñaría como asesor general de la Sociedad Nacional de Industrias, cargo que ejerció por 18 años; y después vendría su ya mencionada faceta de congresista (1995-200). Además fue un defensor de la fe religiosa y de la Iglesia católica en particular, por lo que recibió el Premio Cardenal Juan Landázuri Ricketts. Y también un firme opositor al radicalismo feminista, como demostró en su libro La mujer, una manera especial de ser humano (2013).