45 años de la muerte de Arguedas

Recordando al notable escritor y máximo exponente de la novela indigenista

Mañana se cumplen 45 años de la muerte de José María Arguedas (Andahuaylas, 1911– Lima, 1969) una de las figuras cumbres de la literatura peruana del siglo XX y el mayor impulsor de la revaloración de la cultura y las tradiciones andinas. Como se sabe, durante los últimos años de su vida, el escritor padeció una profunda depresión, que lo hizo renunciar a sus cargos académicos y dispararse un tiro en la cabeza, el 28 de noviembre de 1968. Tras varios días de agonía, murió el 2 de diciembre de 1969. Su entierro fue un acontecimiento masivo que congregó a los principales intérpretes del folclor y el arte popular.

Proveniente de una familia de clase media, José María nació en Andahuaylas, el 18 de enero de 1911. Huérfano de madre, desde muy pequeño recorrió, al lado de su padre (un abogado itinerante) gran parte del interior del país. Así, realizó sus estudios escolares en las ciudades de San Juan de Lucanas, Puquio, Abancay, Ica, Huancayo y Lima. Ya establecido en la capital, su formación académica la hizo en la Universidad de San Marcos, primero en Literatura y después en Etnología. Fue entonces que estableció estrecha amistad con intelectuales como Luis Felipe Alarco, Carlos Cueto Fernandini y Emilio Adolfo Westphalen, quienes lo animaron a comenzar a publicar su obra literaria, los cuentos que aparecieron bajo el título de Agua (1935).

En 1937, Arguedas fue injustamente apresado por razones políticas y pasó ocho meses de prisión en El Sexto. Una vez libre, viajó a Sicuani (Cusco) a desempeñarse como profesor de primaria, a la vez que comenzaba a desarrollar su obra etnológica. En 1941 publicó su primera novela Yawar Fiesta, a la que seguiría Diamantes y pedernales (1954), que significaron un decidido paso adelante dentro de la línea narrativa indigenista, hasta entonces representada por autores netamente occidentales, como Ciro Alegría. Con Arguedas, la cosmovisión, la cultura y el lenguaje “andinos” son llevados por primera vez hasta la literatura. Algo que se manifiesta especialmente en sus siguientes novelas Los ríos profundos (1958) y Todas las sangres (1964), consideradas las cumbres de su obra literaria.

Paralelamente, Arguedas fue publicando libros con recopilaciones de mitos y leyendas andinas: Canto kechwa (1938), Mitos, leyendas y cuentos peruanos (1947), Cuentos mágico-religiosos quechuas de Lucanamarca (1961) y Dioses y Hombres de Huarochirí (1966), entre otros. Además, a partir de 1968 comenzó a escribir una serie de poemas en idioma quechua, que solo fueron reunidos en un libro de manera póstuma: Katatay y otros poemas. Huc jayllikunapas (1972, edición bilingüe). Además, desde los diversos cargos que ocupó en el Ministerio de Educación, llevó a cabo una trascendental labor de difusión del folclor peruano.

Sin lugar a dudas, Arguedas y su obra son un hito dentro del indigenismo latinoamericano; y junto con Mario Vargas Llosa son los dos más importantes narradores peruanos del siglo XX. Además Arguedas es el único autor peruano al que nuestro Nobel ha dedicado un libro completo –La utopía arcaica (1996)–, algo que solo ha hecho con autores de talla universal como Flaubert, Víctor Hugo y García Márquez.

01 - dic - 2014