Javier Agreda

Vida y obra de Pedro Calderón de la Barca

Uno de los grandes autores del Siglo de Oro español

Vida y obra de Pedro Calderón de la Barca
Javier Agreda
14 de enero del 2022

 

Hace exactamente 422 años, el 16 de enero de 1600, nació –en la ciudad de Madrid– Pedro Calderón de la Barca, “el más grande ingenio dramático español”, autor de obras tan conocidas como La vida es sueño (1635) o el auto sacramental El gran teatro del mundo (1645?), verdaderas cumbres del teatro en nuestro idioma que aún hoy suelen representar las más importantes compañías teatrales. A pesar de esta vigencia de sus textos, poco se sabe acerca de la vida de este escritor, una vida “larga, quieta, serena y siempre honestamente ocupada", según Menéndez Pelayo. 

Proveniente de una familia noble, Calderón estudió en el Colegio Imperial de la Compañía de Jesús de Madrid y, a partir de los quince años, en la Universidad de Salamanca, donde se graduó de bachiller en Cánones en 1619. Esta precocidad académica fue acompañada de la literaria, y ya a los diez años comenzó a escribir comedias en colaboración con Belmonte Bermúdez. A los trece compuso El carro del cielo, su primera obra. A los veinte años triunfó en los importantes certámenes literarios que se realizaron en Madrid con motivo de la canonización de San Isidro. En esa oportunidad fue el propio Lope de Vega (el mayor dramaturgo de la época) quien lo elogió “por haber merecido en su juventud laureles que están reservados a las canas”.

Acaso fueron estos éxitos literarios los que lo hicieron desistir de su vocación religiosa y dedicarse a una vida mucho más mundana. Así llegó a formar parte, entre 1625 y 1628, del ejército español que peleó en Flandes e Italia. A su regreso a Madrid continuó escribiendo obras dramáticas como Casa de dos puertas mala es de guardar, La Dama duende o El médico de su honra. A la muerte de Lope de Vega en 1635, Calderón ya era considerado el mejor dramaturgo español, con más de cuarenta obras representadas, lo que le valió para ser nombrado (en 1636) Caballero de la Orden de Santiago.

Su vida continuó en ese rumbo, alternando los éxitos literarios con ciertos escándalos y sucesos violentos (llegó a estar preso por haber ofendido a un ministro del señor), y también con su carrera militar. Durante la campaña de Cataluña (1640-1641) resultó herido de seriedad, y en el año 1647 tuvo un hijo al que tardó en reconocer como suyo. Todas estas experiencias se reflejan en sus obras y van dándoles más profundidad y riqueza humana. Así llega a escribir algunos de sus mejores dramas: La vida es sueño, El mágico prodigioso y El alcalde de Zalamea, esta última basada en la comedia de Lope del mismo nombre.

En 1650 Calderón hace un cambio radical en su vida y toma el hábito de la orden tercera de San Francisco. Al año siguiente se ordenó de sacerdote, y desde entonces se entregó completamente a la creación literaria, aislándose del mundo y escribiendo obras cada vez más reflexivas y poéticas. Pero ni aún así pudo evitar llamar la atención de la corte española: en 1663 fue nombrado Capellán de Honor del rey Felipe IV, y en 1666 ocupó el mismo cargo en la Congregación de San Pedro de los Naturales. Es durante este periodo de su vida que escribió sus importantes autos sacramentales, dando forma definitiva a este particular género escénico.

Calderón murió a la avanzada edad de 81 años, el 25 de mayo de 1681. Según un catálogo que él mismo hiciera poco antes de su muerte, y a pedido de uno de sus protectores, el Duque de Veragua, dejó escritas 111 comedias y 70 autos sacramentales. Los expertos han llegado a establecer que el autor olvidó algunas obras en ese recuento y que sus escritos ascienden en realidad a 120 comedias, 80 autos sacramentales y 20 obras menores.

A pesar de respetar las estructuras dramáticas y hasta los temas establecidos por Lope de Vega, el teatro de Calderón se diferencia del de su predecesor por dejar de lado los enredos y situaciones confusas para centrarse en los conflictos internos y en las reflexiones de los personajes, quienes casi siempre tiene que enfrentar problemas de carácter religioso. Además Calderón es, como Góngora, un escritor barroco y por eso sus textos están siempre llenos de metáforas y tropos literarios, de transposiciones de lenguaje y reflexiones eruditas y sutiles.

Todas estas características hicieron de Calderón un autor sumamente exitoso en su época. Pero con el tiempo sus obras dramáticas fueron perdiendo vigencia y los lectores del siglo XVIII, más entusiasmados con el equilibrio de las grandes tragedias clásicas, casi llegaron a olvidarlas. Afortunadamente esa postergación no duraría mucho tiempo, pues a fines de ese mismo siglo surgió en toda Europa (menos en España) un movimiento de jóvenes escritores, al que después se denominaría “Romanticismo”, que cambiaría para siempre a la literatura universal y que, entre otros muchos aportes, contribuyó a rescatar a algunos escritores desconocidos en ese entonces, entre ellos Calderón de la Barca. Autores como Schlegel, Shelley o Tieck, consideraron al escritor español como uno de los más grandes dramaturgos de todos los tiempos (solo superado por Shakespeare) y lograron el reconocimiento universal y definitivo para su obra.

Javier Agreda
14 de enero del 2022

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