Erick Flores

Uruguay, el gran salto hacia adelante

Las valiosas propuestas de la administración de Lacalle Pou

Uruguay, el gran salto hacia adelante
Erick Flores
12 de julio del 2020


“Copien lo que los países ricos hicieron para hacerse ricos, no copien lo que hacen
ahora que ya no son ricos”. Milton Friedman


Los cambios políticos que tuvieron lugar en la región en los últimos tiempos han marcado una tendencia bastante interesante. Hace poco, parecía que soplaban nuevos vientos políticos, porque el latrocinio de los Kirchner terminaba con la victoria de Macri. Igual pasaba con los procesos políticos en Brasil y Bolivia, que parecían cerrarle el paso a las fuerzas políticas de izquierda; pero al día de hoy vemos que el panorama todavía es complicado porque las ideas fracasadas de la izquierda han vuelto a tomar protagonismo en los gobiernos de Chile y Argentina. También en el Perú se han puesto de moda elucubraciones demagógicas como los bonos universales, las expropiaciones, los precios “justos”, los impuestos a la riqueza, y demás ocurrencias estatistas; la cenicienta de siempre con Venezuela, y tal parece que Brasil y Uruguay tienen una ventaja comparativa frente al resto en términos económicos.

Lo de Brasil lo venimos viendo desde hace un tiempo. Y pese a la antipatía que puede generar en muchos, Bolsonaro tiene las cosas claras en varios aspectos, siendo el rubro económico donde podemos ver los resultados de ir abriendo la economía y quitando al Estado del medio. Pero en medio de todo este proceso, la diferencia que ha hecho la administración de Lacalle Pou en Uruguay, permite ver con optimismo la eterna tensión entre la filosofía del poder y la filosofía de la libertad.

Lo de Uruguay parece ser el ejemplo perfecto de todo lo que se debe hacer en términos políticos y económicos. Y no sólo hablamos de la gestión de la crisis sanitaria desatada por la llegada del virus chino, donde Uruguay le saca varios cuerpos de ventaja al resto de países de la región, sino que hablamos también de un giro de 180 grados porque su Gobierno está haciendo lo que se debe hacer con lo que no sirve: echarlo a la basura. Hace algunos días, la Ley de Urgente Consideración (LUC), ofrece una verdadera alternativa de cambio en toda la región, un giro de timón sin precedentes no sólo en Uruguay, sino en toda la región.

Un paquete de reformas que apuntan a reducir el tamaño del Estado, generar un ambiente institucional amigable para la inversión y los negocios, mano dura contra el crimen, derogación de más de 50 leyes inútiles, etc.; tiene por objetivo llevar al país charrúa al primer mundo en cuestión de años. Y bien podría parecer que todo esto no es otra cosa que un noble deseo, un sueño, un ideal; pero la realidad es distinta. Lo que se viene proponiendo desde la administración de Lacalle Pou, no es algo nuevo en el mundo. 

Si revisamos un poco de historia, vamos a encontrar que el éxito de los países nórdicos y la riqueza y prosperidad de países como Nueva Zelanda, Australia, Hong Kong y Suiza no son fruto de los azares del destino. La causalidad existente entre los principios liberales de la economía de mercado y el Estado limitado es innegable, y tal parece que Uruguay va camino a erigirse como el nuevo estandarte de la prosperidad y el bienestar social. Un distintivo que Chile ha tenido por muchos años, pero que no ha sabido sostener en el tiempo, y ahora parece retornar a la pesadilla socialista que ya vivieron en la nefasta época de Allende.

Si bien es cierto que sería muy prematuro anticipar los resultados de Uruguay, una lectura rigurosa sobre la historia económica en el mundo nos permite ver con esperanza el futuro. La gran lección que nos deja el proceso uruguayo es que no importa cuan mal pinten las cosas, no importa qué tan nublado esté el cielo por las ideas de izquierda, siempre habrá lugares en el mundo donde aflore el sentido común e irrumpa luminosa la libertad del hombre. La historia siempre pone las cosas en su lugar y en algunos años ya no deberíamos preguntarnos cuál es el camino correcto. La evidencia marca el terreno en forma incontrovertible. Y si hoy ya sabemos que unas ideas nos conducen a Cuba y otras a Suiza, el trecho que queda es asumir plena conciencia sobre la vida que queremos para nuestros hijos.

Erick Flores
12 de julio del 2020

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