Manuel Gago
Tía María: ¿otro proyecto de cobre perdido?
Los antimineros buscan su héroe arequipeño

Es relevante el entusiasmo del ministro de Energía y Minas, Jorge Luis Montero, y de los representantes de los gremios mineros. Ellos señalan que en octubre comenzaría la construcción de mina del proyecto de cobre Tía María. Ni bien el anuncio llegó a los medios, la militancia antiminera activó sus bases en todo Arequipa.
No sería novedad la intervención de la ONG CooperAcción detrás de todo. Vale recordar que Óscar Mollohuanca ,siendo alcalde de Espinar (Cusco), auspiciado por una oenegé del ambientalismo ideológico, se hizo famoso por dirigir las protestas contra la expansión del proyecto Tintaya, de la suiza Xtrata. Dos pobladores muertos y setenta policías gravemente heridos fueron los resultados ofrecidos por el ahora –según las oenegés– héroe de los derechos humanos. Mollohuanca fue encontrado muerto en circunstancias sospechosas. Según versiones, era una ficha de Movadef, como Pedro Castillo,
Los antimineros buscan su héroe arequipeño como Mollohuanca y Máxima Acuña, declarada por las oenegés “defensora del agua y medioambiente”. Acuña ocupa en Conga (Cajamarca) predios que no le pertenecen, aduciendo ser suyos. Por esto, por ser parte del plan antidesarrollo, las oenegés la encumbraron, entregándole el Premio Medioambiental Goldman 2016.
Tía María es un proyecto de talla mundial. Ofrece muchísimas posibilidades sociales y económicas derivadas del aprovechamiento del cobre. Tiene licencia de construcción de mina, ratificada por el Consejo de Minería en octubre del 2019. Pero el proyecto, con todas las ventajas, tiene en contra a una minúscula resistencia dispuesta a impedir su ejecución. Por el poderoso movimiento antiminero, Perú es el tercer productor mundial de cobre, después de Chile y Congo, pudiendo ser el segundo o incluso el primero.
A nuestro entender, el acompañamiento del Estado para viabilizar el proyecto no es sustantivo. Del exministro del sector Minas, Rómulo Mucho, se dijo es “aliado de las inversiones”. Y Tía María sigue estancado. Los numerosos proyectos de desarrollo, ejecutados en las zonas de influencia minera por el concesionario Southern, sirven, son necesarios y aplaudidos, pero no generan determinaciones firmes en la población.
Peter Drucker, el llamado padre de la administración moderna, dice: “Las ayudas sociales no sirven si no están acompañadas de conocimiento”. No se trata, entonces, de construir hospitales, plantas de agua potable, colegios, instalar redes eléctricas e Internet sin un significado, más allá del fierro y del cemento o del producto de las comunidades alejadas con destino a otros mercados. Se trata de incorporar en el alma de la población un motivo, un propósito, unas ganas por las que valga la pena vivir.
Los antimineros lo demuestran. Además de comprometidos en cuerpo y alma, están bien financiados. Son capaces de luchar por años, como el pequeño David frente al poderoso Goliat. Ese pequeño David descubrió el “talón de Aquiles” del poderoso. Como están resultando las cosas, Tía María sería ahora el David sin saber cómo derrotar a ese Goliat, sinónimo de vandalismo y extorsión en busca de un héroe, un muerto para levantar su protesta. Si todos los permisos exigidos están dados, ¿el acompañamiento del Estado sería con la constitucional fuerza pública? ¿O como se hizo contra el senderismo: la población pone el pecho por sí misma?
Contra el pesimismo, urgen relatos y liderazgos capaces de levantar los peores ánimos. Y, también, reducir al máximo las demandas no satisfechas y las ofertas no cumplidas.
Hemos visto a solitarios personajes armados de un megáfono en plazas arengando contra Tía María frente a indiferentes ciudadanos. Esos solitarios se convierten en vándalos cuando consiguen cómplices. Sume usted subvención más “puro corazón” y tendríamos a un supuesto héroe ambientalista y mártir de los derechos humanos.
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