Jaime Chincha

Se les viene el verano a los candidatos

Se les viene el verano a los candidatos
Jaime Chincha
27 de noviembre del 2015

Una mirada a los cinco primeros y al descrédito de la izquierda

Se termina noviembre y las tendencias de cara a las elecciones del 2016 son las que conocemos. Con los sondeos que vienen sabremos si el candidato César Acuña es la sorpresa o solo se trató de un hipo estadístico ante los problemas que enfrenta el APRA (sin contar el plagio en el Plan Bicentenario).  Con el verano a la vuelta de la esquina miremos a cada candidato con opciones reales hasta el momento y qué les espera en el siempre movedizo clima electoral.

En el caso de Keiko Fujimori, la última denuncia sobre los aportes a su campaña podría sonar poco peligrosa pero va directo al plexo de la candidata. El electorado promedio no sopesa si el cheque del capo Luis Calle fue devuelto o si está en una notaría bien lejos de sus manos. El golpe ya está hecho. Eso refuerza todo lo malo que arrastra el fujimorismo: corrupción y narcotráfico. Así, si Keiko insiste con “caviarizarse” más de lo que ya hizo en Harvard, podría colocarse muy lejos de su votante natural. Si busca llegar a la segunda vuelta no le ayudaría nada a la candidata naranja deshacerse de toda la vieja guardia (Chávez, Salgado, Aguinaga), porque se quedaría sin defensores.

PPK parece tener el equipo más sólido. Sus recientes jales son pesos pesados para defender los votos. Se trata en realidad de un toledismo sin Toledo (Bruce, Villacorta, Sheput, Rospigliosi), Kuczynski ha logrado reunir a lo más selecto del grupo que acompañó al gobierno chakano. Pero su avanzada edad es una preocupación y será blanco de los contrincantes. PPK tiene 77 años y si es elegido presidente dejará el poder a los 82. Si dice estar tan sano y saludable entonces sus apariciones tendrían que ser corriendo la 10K, en el gimnasio, en bicicleta o dando entrevistas después de una pesada rutina física.   

César Acuña es el más peligroso del grupo. Lo que hemos visto de él en el poder, revela un estilo de cacique que, para estos tiempos, es desfasado y autoritario. Las denuncias de su exesposa son muy graves. El voto femenino le puede ser esquivo ya que no ha podido desmentir los empujones, patadas y escupitajos a Rosa Núñez. El uso político de la universidad César Vallejo nos revela un candidato con agallas para hacer lo que le venga en gana. Se deshizo a tiempo de Gómez Cahuas (el general involucrado hasta el cuello con el ilegal resguardo a OLM), pero decir que no lo convocó y que se enteró por los medios de comunicación –cuando en la foto aparece en primera fila–, revela a una persona capaz de todo con tal de llegar a la presidencia de la República.

Alan García está en problemas. La revelación de que el Plan Bicentenario (o plan de gobierno, en la práctica) ha sido plagiado de documentos de ministerios y hasta del Plan de la Gran Transformación ha sido un golpe duro para él y para el APRA. Esta semana la cúpula se reunió a puerta cerrada en el búnker del candidato y ahí terminaron bajándole el dedo a Jorge Del Castillo, hasta entonces director del plan de gobierno. La sensación de “copiones” no puede tener buena acogida en el elector, por lo que me temo que García sentirá el golpe en los sondeos que vienen. Es el mejor candidato de la contienda, pero los narcoindultos y esa sensación de que el APRA maneja el Poder Judicial le resta puntos en el electorado.

A Toledo sí no le veo futuro. Debería retirarse por dignidad. Su imagen de mentiroso profesional es reconocida por más del 80% del votante promedio. Él en sí mismo es una farsa. Uno lo escucha y no sabe si reírse o sentir lástima. Su descrédito es monumental. Con lo del premio Nobel ya califica para “Los chistosos”.

La izquierda es otra que no achunta una. Entre los tres grupos más importantes no suman ni el 2%. La más visible de todos, Verónika Mendoza, tiene un equipo de campaña desastroso. No pone temas en la agenda y hasta Alan le arranchó con mejor rollo su campaña contra las AFP. ¿Y a quién se le ocurrió distinguirla electoralmente con el nombre de “Vero”? Si pregonas ideologías progresistas, y tienes enfrente a electores resentidos con todo lo que suene a “pituco” o “lindis”, ¿cómo diablos te haces llamar “Vero”? ¡No pues hija, mejor pásame la manty!

Por: Jaime Chincha

Jaime Chincha
27 de noviembre del 2015

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