Dardo López-Dolz

¿Qué hay tras los ascensos en el Ejército?

¿Qué hay tras los ascensos en el Ejército?
Dardo López-Dolz
27 de octubre del 2015

La suerte de los compañeros de promoción del presidente Humala

Las suspicacias en torno a los ascensos a General de División y General de Brigada en el Ejército tienen su origen en las sospechas acerca de la real intención que tuvo Ollanta Humala cuando, con antelación descubierta por pocos, modificó la ley para hacer posible el ascenso temprano de sus compañeros de promoción un año antes que el plazo legal que encontró al asumir el gobierno.

Es cierto que el ascenso se ha dado respetando las disposiciones legales (que este gobierno modificó, evidentemente con ese fin) y es cierto que en la mayoría de los casos es difícil objetar sus méritos, dentro de los oficiales aptos en actividad. Conozco a varios de ellos, han sido mis alumnos y les tengo aprecio personal y profesional. La preocupación va por otro lado.

La innegable tensión previa, con salida negociada y amenaza de renuncia negada, arroja un balance en el que, al menos dos de los ascendidos  a Gral. de División tienen un historial profesional y de carácter que hace presumir defenderán la institucionalidad.

Aclarado el origen de la suspicacia, la real motivación puede poner dentro de ocho meses en un disparadero a aquellos recién ascendidos que sean percibidos por el próximo gobernante como sujetos de la preferencia amical o promocional, convirtiendo tal favor en efímero.

Con el antecedente histórico del EP y la manifiesta admiración presidencial por el dictador Juan Velasco Alvarado, el primer temor que aflora es a un eventual y alucinado intento de prolongación forzada en el poder vía alguna de las creativas variantes de golpe de estado contemporáneas. Esta hipótesis pierde fuerza al ser contrastada con la absoluta ausencia de respaldo popular y político, y el débil (para muchos inexistente) liderazgo del Presidente, que no se caracteriza precisamente por su carácter, en el Ejército.

Viene entonces el temor al mangoneo electoral, pero estando tan lejos de siquiera un decoroso tercer o cuarto lugar en la elección (el Partido Nacionalista puede perder incluso la inscripción), resulta poco probable que un grupo de Generales se inmole sin gloria.

Subsiste entonces la pregunta ¿Para que? Para ensayar una respuesta con características de probable, es necesario cierto grado de conocimiento de la estructura emocional que caracteriza la cultura interna del EP. Allí las gratitudes por el apoyo al jefe de cada ¨familia¨ de oficiales, a veces, suelen heredarse y tener cierta vigencia por algún tiempo.

Los gestos faciales recientes del Presidente y su esposa evidencian algo que empieza a parecerse mucho al pánico por el futuro. Tras más de 4 años espiando y agrediendo gratuitamente a diestra y siniestra, deben verse a sí mismos como adolescentes en topless rodeadas de zombies dispuestos a comérselas a mordiscos. Su partido se desfleca al viento, amigos no les queda muchos, en gran parte por su petulancia y prepotencia; entonces deben ver como último bastión a los habitúes de los momentos de relax. Quienes conocen más a fondo ese entorno esperan sentados a que se haga patente el carácter efímero de tales ¨lealtades¨.

Lo que Ollanta Humala y su esposa parecen querer construir es algún tipo de fuerza leal que le de cierto grado de protección o apoyo en eventuales coyunturas futuras, electorales o no electorales.

Por: Dardo López-Dolz

Dardo López-Dolz
27 de octubre del 2015

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