Cesar Gutierrez
Posible reacomodo energético mundial luego del triunfo de Trump
Incógnita sobre gas natural en UE y negacionismo a renovables en EE.UU.
En los predios locales de los Trump lover´s, a la vez integrantes del grupo de los fósiles, hay algarabía porque habrá negacionismo del oficialismo estadounidense a la prédica del cambio climático como consecuencia de los gases de efecto invernadero (GEI), con su correlato de retroceso en la generación de energía eléctrica con recursos energéticos renovables (RER).
La situación no es tan simple como les puede parecer a los gasíferos que operan en nuestro territorio nacional, porque hay otra variable en juego que es la guerra Ucrania-Rusia. Trump se ha declarado opositor de seguir financiando al gobierno ucraniano de Vladimir Zelensky para la confrontación con la Federación Rusa, presidida por Vladimir Putin, con quien el líder republicano tiene públicas simpatías.
La posición de Trump va más allá de lo esperado y en el escenario más conservador se prevé que recorte sus aportes a la OTAN. En este escenario, la guerra Ucrania-Rusia que ya dura dos años y nueve meses culminaría pronto, lo que plantea una interrogante ¿se levantarán las sanciones a Rusia? De no hacerlo, la decisión del republicano se tomaría como una posición hostil al mandamás del Kremlin, lo que se hace difícil de pensar que ocurra.
El levantamiento de sanciones devendría en una rehabilitación de los gasoductos entre Rusia y Alemania, los famosos Nord Stream I y II y el suministro del gas natural (GN) del cual son tan dependientes los germanos, retornaría a los rusos, después de haber pasado a manos americanas que ha enviado a la UE gas natural licuado (LNG), pero con precios elevadísimos que llegaron hasta 52 dólares por millón de unidad británica de energía (US$/MMBTU), mientras que la industria americana pagaba 90% menos.
Gran parte del problema de la Unión Europea (UE) que la ha llevado a crecimientos magros de su economía (este año no pasarán del 1%) se ha debido a los costos de la energía, luego de las sanciones a Rusia que les permitió a los americanos exportarles GN a precio altísimo.
A raíz de la guerra, en la UE se dejó de lado la moratoria de las centrales nucleares, se cubrió demanda con carboníferas y se declaró al GN energía verde de transición. La convivencia de las RER con las energías fósiles se encaminaba desde el Acuerdo de París (diciembre 2015) a una reducción de las hidrocarburíferas hasta que desaparecieran, se planteaba el 2050 como horizonte, pero el conflicto produjo un cambio de rumbo.
Existieron algunas distorsiones en el camino como el caso español donde el exceso de RER sin planificación llevó a que en horario diurno el precio de la electricidad fuese negativo, es decir, los productores en vez de cobrar tenían que pagar para que retiren la energía que producían. En los horarios nocturnos, la escasez de GN llevó a que se dieran condiciones preferenciales a las termoeléctricas como si fuesen RER. Todo esto ha ocurrido en el contexto de la guerra prolongada.
Si se retorna a la normalidad de la preguerra, a inicios del 2021, la propaganda europea sobre las renovables estará nuevamente en la palestra, esto significa que mientras en los Estados Unidos (EE.UU.) las RER estarán de retroceso, en Europa estarán en ascenso.
Emerge la pregunta ¿qué tiene que ver toda esta narrativa con nosotros? La respuesta es, tiene muchísimo que ver, los inversionistas que han arribado a nuestro país cuando las RER están muy activas en el mundo, han sido de procedencia de la UE, con equipamiento principalmente de fabricación china, sobre todo en paneles fotovoltaicos e inversores (equipos usados en generación solar).
En conclusión, a los fósiles nacionales –nacionalizados, residentes o de tránsito–, por más que se opongan a las RER, las corrientes internacionales de mercado los hará cambiar de posición. Soy testigo de más de un especialista que de opositor a ultranza pasó a evangelizador del credo renovable, tirando por los suelos sus antiguas escrituras sagradas.
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