Manuel Gago

¿Perú rumbo al narcoestado?

No es lo mismo ser agitador social que estadista

¿Perú rumbo al narcoestado?
Manuel Gago
15 de noviembre del 2021


Los cien primeros días de gobierno de Pedro Castillo no delinean un país hacia adelante. Ha sido tiempo suficiente para confirmar que el Perú está conducido por personas equivocadas, no solo por su ideología sino también por sus cualificaciones personales y profesionales. Ser activista político no es suficiente para ocupar cargos de gran responsabilidad. 

En Ayacucho, Castillo ha repetido el típico discurso de campaña, de dirigente socialista intentando soliviantar y dividir, en lugar de alentar y unir. Culpar a otros es el recurso de quien no asume las responsabilidades que exige el cargo. Tampoco muestra habilidades mínimas para resolver las demandas de la población, organizar la economía, resolver esas demandas y conducir al país de manera confiable. No es lo mismo ser agitador social que estadista. El ingenio y creatividad –características de las sociedades competitivas para facilitar la vida de la población– son reemplazados por un fracasado socialismo que deja a su paso toda clase de males sociales, económicos y políticos. 

El interés de Castillo por los sembradores de coca es preocupante. Conducirá al país hacia su tragedia. El temido narcoestado se hace realidad. El avance de la producción de coca (95% destinada al narcotráfico) le costará caro al país. La delincuencia común y criminalidad organizada están asociadas a la comercialización y consumo de drogas. En los últimos años ha retrocedido la erradicación de los cultivos de coca y, por el contrario, aumentaron las plantaciones y producción de pasta básica de cocaína. La deforestación favorece a esta agricultura nociva e ilegal. Las pistas de aterrizaje clandestinas se multiplican en la selva. ¿Qué dijo Castillo al respecto en Ayacucho? Nada. ¿Silencio cómplice?

La criminalidad en los bosques amazónicos responde a una estrategia de destrucción de la unidad nacional. ¿Castillo hace su parte promoviendo una peligrosa división entre limeñitos y provincianos, entre pituquitos y campesinos? Profundizar la lucha de clases es parte del libreto del gobierno de Perú Libre. No en vano el Militarizado Partido Comunista del Perú ha sentado sus bases en los bosques amazónicos. Según Carlos Cabrejos, especialista en temas forestales, el senderismo controla la tala ilegal, el contrabando de madera, el tráfico de terrenos, el narcotráfico y el sicariato. Los dirigentes y pobladores que se oponen son amenazados y asesinados. 

Por ideología, por prejuicio anticapitalista y antiempresa, Castillo no desarrolla planes de promoción de la economía para incrementar la producción nacional y renta. Más de nueve proyectos hídricos para extender la agricultura están estancados. ¡Y así discursea sobre su segunda reforma agraria! más de US$ 57,000 millones en proyectos mineros están detenidos. Si estuvieran operando, el crecimiento nacional superaría el 10%, la pobreza estaría por debajo de dos dígitos y tendríamos un percápita de niveles europeos. Sin embargo, los comunistas insisten y extienden la idea de que la minería no paga impuestos. No obstante, permanecen mudos frente al avance del cultivo de coca.

El 47% de los ingresos obtenidos por el aprovechamiento de los minerales son destinados al Estado. ¿De qué cuero salen las correas? Los gobiernos que han intentado introducir el socialismo han fracasado. Sin inversiones no hay trabajo y crecen los niveles de pobreza, desempleo e informalidad. Es infantil pensar que sin una economía organizada se pueda llevar adelante programas sociales destinados a favorecer a la población necesitada. No obstante, esto lo experimenta el país cada día. 

¿Cómo entender, entonces, que por ideología fracasadas se pretenda llevar al Perú hacia las cavernas? Peor todavía si el gobierno cede a la presión de los cocaleros. Hoy más que antes tienen representantes ideologizados, como el congresista Guillermo Bermejo, y el nuevo jefe de Devida, Ricardo Soberón, abogando abiertamente por el cultivo ilimitado de hoja de coca, que ya sabemos que sirve al narcotráfico.

Manuel Gago
15 de noviembre del 2021

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