Iván Arenas

Periodistas, medios y minería moderna

Hay activistas políticos e ideológicos disfrazados de reporteros

Periodistas, medios y minería moderna
Iván Arenas
12 de enero del 2021


Durante las pasadas protestas de un sector de trabajadores contra la derogada Ley de Promoción Agraria, se pudo notar de manera clara todas las falencias y desconocimientos de la gran parte de periodistas y la media nacional sobre el
boom agroexportador peruano, que en varios productos ha superado a California o Israel. De pronto, vimos cómo los conductores de noticias y reporteros asentían ante todos los argumentos, legítimos o no de los manifestantes, y en las preguntas y repreguntas se revelaba cuán profundo es el desconocimiento del Perú real. Por ejemplo, creer que existen services, cuando en realidad son solo “jaladores”. Se puede decir, entonces, que el periodista promedio lleva consigo la fatal arrogancia de tener un océano de conocimiento pero con un metro de profundidad. 

Con respecto a la minería moderna sucede exactamente lo mismo. Por ejemplo, la candidata Verónika Mendoza se pasea por los platós de televisión convocando una nueva ley laboral minera, pero ningún periodista se atreve a decirle que en la minería moderna se pagan los más altos sueldos, se cumplen todos los derechos laborales y sociales, y que hay una alta especialización (por eso se debe subcontratar empresas) y que está regulada por estándares nacionales e internacionales (certificaciones sociales, ambientales, laborales, etc.). 

No sólo eso: además existe un periodismo militante; es decir, activistas políticos e ideológicos vestidos de editores y reporteros que construyen muñecos y desarrollan todos los mitos contra la minería moderna en el país. Al respecto, hay medios que "revelan", en extensos informes, supuestas contaminaciones de comunidades enteras por metales pesados, culpando a la minería moderna por ello.

Por ejemplo, desde hace algunos años se sostiene que en Espinar, en Cusco, hay una "severa" contaminación ambiental; no obstante, no hay estudio técnico ni científico que respalde que las empresas mineras en la zona sean las causantes directas e indirecta. De hecho hace algunos días se publicó una sentencia del Poder Judicial en el Cusco, en la que jamás se dice que sean las empresas mineras las que contaminan en una provincia con alta contaminación natural (de esos hay varios estudios).

Asimismo, todo indica que existe una percepción en la media nacional de que la minería moderna no ha distribuido riqueza. Sin embargo, basta conocer Hualgayoc, Bambamarca, Challhuahuacho, el mismo Espinar o Chumbivilcas para comprobar que hay una clase media alrededor de la minería, que hay ciudadanos y no solo pobladores; que hay empresarios y no solo comuneros. 

En la agroexportación los periodistas y la media compraron el ticket del cuento de que existían services informales y hasta ilegales. No obstante, solo se trata de colocadores (y no de “empresas”), personas comunes que aprovechan las grietas de la ley. Y otros medios se quedaban callados cuando los mismos de siempre decían que hay latifundios, cuando en realidad hay empresas que cotizan en bolsa a través de accionariado difundido. El capitalismo popular, que le dicen.

Las escuelas, universidades y toda la media en general deberían reflexionar sobre el periodismo de datos y la comprobación de lo que se difunde, para no quedar mal. O simplemente para no hacer más daño.

Iván Arenas
12 de enero del 2021

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