Los retos de la sociedad civil organizada

En tiempo de pandemia, en tiempos de Covid-19 y de desastre nacional, es necesario reconocer los logros de la sociedad civil, pues cuando ésta se organiza, logra muchas veces superar las acciones de los entes estatales. Hace ya unos días, me referí a la situación de algunas regiones del país en las que la presencia del Gobierno se hace menos visible. Y expresé que esa desatención, notoria y grave, máxime en tiempos de crisis sanitaria, llevaba a pensar que, a los ojos de algunas autoridades, había ciudadanos de segunda categoría, pues estaban lejos de las prioridades de la acción gubernamental.

Me referí concretamente a Piura, región devastada por el Fenómeno de El Niño, que ha experimentado la indolencia catatónica del Gobierno, cuyas pálidas, lentas y escasas acciones hacia la recuperación de esa región, han querido tener mucha visibilidad en cuanto a la oferta y a la promesa populista. Pero no han sido efectivas respecto a la acción en favor de una de las regiones más ricas del país, que espera desde hace años la inversión, la promoción y la atención. Y todo ello, ya dramático y severo, se ha agravado con la explosión del Covid-19 en condiciones sanitarias y de salud pública que, además de deleznables, significan muerte, pobreza, sentimiento de abandono, carencia, frustración y nulas esperanzas de futuro.

En esas circunstancias, la Iglesia y la sociedad civil de Piura se han organizado y tratan de paliar la situación de miles de ciudadanos. Lejos de un asistencialismo barato, se trata de esfuerzos coordinados para llegar a los más necesitados y enfrentar la crisis, lejos de los reflectores, las cámaras y del paternalismo populista, que hace poco y habla demasiado.

Y es así como se han llevado a cabo obras silenciosas. Entre ellas cabe destacar no solo las que realiza la Iglesia, las parroquias, los grupos a ellas asociados y las comunidades eclesiales, en coordinación con el Arzobispado de Piura, sino también las que viene ejecutando un equipo humano, anónimo y desinteresado. Bajo el patrocinio de “Piura en acción”, ese equipo ha logrado convocar a los más importantes expertos médicos del momento para realizar conferencias abiertas al público. Así se ha logrado informar, difundir, explicar y dar respuesta a las mil inquietudes que tienen tanto la población médica como los ciudadanos, que ven y sufren la actual pandemia, sin obtener de las autoridades, atención ni difusión cierta del Covid19.

Ante la ausencia de un canal de comunicación general, responsable, cierto y oficial, se han creado mitos y leyendas respecto a las formas de curar o evitar el contagio, llevando a la población a cometer involuntarios y graves errores, o a caer en innecesaria desesperación. Valga recordar que en recientes declaraciones –y ante el evidente fracaso de las políticas públicas para atender, atacar y minimizar esta pandemia–, la autoridad ha llegado a expresar que nos vamos a contagiar todos. Lo que no tiene sustento ni es necesariamente cierto, pero que sí es una expresión de incapacidad y derrotismo. 

Ante esa realidad, se ha promovido una serie de acciones de difusión e información. Y es así que ya se ha llevado a cabo la primera conferencia virtual, abierta y gratuita, que bajo el patrocinio de la ONG “Piura en acción”, reunió a nada menos que a los doctores Ciro Maguiña y Eduardo Gotuzzo, ambos de impecable trayectoria en su especialidad como infectólogos, que estuvieron junto a Oswaldo Castañeda, reumatólogo e inmunólogo de amplia experiencia, y al destacado neumólogo Roberto Accinelli, respetado profesional en su campo y gran difusor de los temas de su especialidad.

En un esfuerzo sin precedentes para tratar temas asociados al Covid-19, ellos han querido compartir su conocimiento y experiencia en una serie de conferencias, repito, gratuitas. En este ciclo de charlas, la primera versó sobre la “Capacitación para personal médico y público en general sobre Covid-19”. Tanto la acogida como las innumerables preguntas y dudas, que fueron atendidas con paciencia y humildad por los galenos, demuestran que hay un vacío grande de información científica y cierta sobre este tema, y una gran necesidad de la población y del personal médico por acceder a fuentes de consulta directa y confiable.

Este esfuerzo de la sociedad civil, incluyendo el aporte generoso y sumamente valioso de los médicos mencionados, es un ejemplo a seguir y un aliciente para que los ciudadanos de bien nos pongamos de pie. Dejando de lado diferencias e intereses circunstanciales, debemos entender que nos toca asumir muchas de las tareas que el Gobierno está dejando de realizar por incapacidad, desidia o porque la situación, gravísima por cierto, lo mantiene en aparente estado catatónico frente a la urgencia de las respuestas que el país requiere.

Asociado al esfuerzo de este grupo humano que ha llevado a cabo la organización de este ciclo de charlas, sería mezquino dejar de mencionar la importancia de la participación de la Iglesia de Piura y de la silenciosa pero efectiva organización de las parroquias y grupos eclesiales. Así se ha llevado ayuda y respuestas a las mil necesidades de los pobladores que, al contar con mayor información veraz y claramente explicada, información que llega también al personal médico, podrán conducir las acciones respecto al Covid-19 por sendas de mayor eficiencia y obtener mejores resultados.

A lo largo de la historia de nuestro país, muchas veces ha sido la presencia de la sociedad civil, y su acción decidida, la que ha cambiado, para bien, el destino de nuestro pueblo. Este tiempo nuestro, requiere de respuestas similares, valientes y decididas. Por qué esperar la muerte frente a la inacción, o estar de brazos cruzados ante la indolencia, no son ni serán nunca una opción para el Perú.