Victor Andres Belaunde Gutierrez

Los indignados

Los indignados
Victor Andres Belaunde Gutierrez
08 de abril del 2016

Las contradicciones de quienes marchan “contra” sucesos del pasado.

Los propulsores de la marcha “No a Keiko” proclaman sentirse indignados por una posible victoria de Keiko Fujimori el 10 de abril. Se congratulan porque un número indeterminado de compatriotas expresaron similar sentimiento marchando por las calles de Lima el martes último.

Aclaro, antes de proseguir, que quien escribe estas líneas no es partidario de Alberto Fujimori y que si votó por su hija el 2011 lo hizo sólo porque la consideró el “mal menor” dentro de una desafortunada elección. Dicho eso deseo compartir algunas reflexiones sobre estos nuestros novísimos indignados y los motivos que los impulsan.

Primero: si me indigno, será por algo actual y contemporáneo, y no por un hecho que pertenece a la historia. El pasado me genera otros sentimientos. Indignarse por el pasado es un grito vacuo, vano y vacío; sirve para proclamar superioridad moral, pero no plantea acciones concretas sobre el futuro, que es lo que finalmente importa.

Segundo: el gobierno de Alberto Fujimori debe juzgarse dentro de un balance. De un lado estabilizó el país, sometió a la subversión terrorista y sentó las bases del crecimiento posterior. Del otro permitió el accionar de una gavilla corrupta encabezada por Vladimiro Montesinos y pretendió eternizarse en el poder. Su pretensión vitalicia fue su peor pecado, y ya está pagando sus culpas con una condena a pena privativa de la libertad que lo mantendrá recluido el resto de su vida. Este castigo no es poca cosa.

Tercero: se equivocan los detractores de Alberto Fujimori en desconocer sus servicios al país. Al hacerlo lo único que logran es incentivar al electorado para que decida otorgarle una “restauración moral” por medio de su hija Keiko.

Cuarto: a mí me indignan y enfurecen situaciones contemporáneas como:

1. El avance, mediante engaños y ardides, de una nueva gavilla chavista que desea traer la miseria del socialismo del siglo XXI a nuestro país. A ellos lo único que les interesa es capturar el poder llevar a cabo experimentos utópicos de ingeniería social sobre treinta millones de peruanos.

2. Que esta gavilla, de la cual Verónika Mendoza es una mera avanzada legal, se dedique a complotar contra el Estado mediante el caos, el chantaje y la violencia.

3. Que la izquierda radical, que representa Verónika Mendoza, haga (cuasi) apología de Sendero Luminoso, de la violencia y de la mal llamada “lucha armada”. Poco en la vida me enfurece e indigna tanto como esta falta de respeto a las 30,000 víctimas mortales del grupo genocida.

4. El trato mezquino y petulante que muchas veces otorgan quienes nunca han arriesgado nada en la vida, a aquellos que tuvieron la sacrificada tarea de combatir, en terrible condiciones, a las huestes terroristas. No he arriesgado nunca mi integridad física y mal podría sermonear a quienes sí lo han hecho.

Quinto: no me indigna, pero sí me sorprende, que muchos peruanos inteligentes y versados se obsesionen con el pasado y que no reaccionen frente a los peligros graves, presentes e inmediatos que nos miran de frente a la cara.

La señora Fujimori, con todo lo que pueda o no significar el gobierno de su padre en la historia nacional, no representa una amenaza a la democracia. La verdadera amenaza a la democracia proviene del marxismo reciclado en socialismo del siglo XXI, representado por Verónika Mendoza y facilitado por topos infiltrados por los hermanos Castro, la Venezuela chavista y Evo Morales, eterno conspirador a favor de la disolución del Perú. A todo ello se suma el concurso interesado del narcotráfico y la minería ilegal, entre otros.

Por último, nos guste o no, la democracia en el Perú sólo será viable si se acepta la legitimidad de todos los actores que se comprometen a respetar la Constitución y la ley, lo que incluye al fujimorismo. Este mismo principio también se aplica a Verónika Mendoza y su Frente Amplio. El problema es que estos últimos parecen poco inclinados a respetar la ley y muy dispuestos a capturar el poder para nunca más dejarlo.

Voten por quien quieran, pero el peligro hoy no es el fujimorismo.

Víctor Andrés Belaunde

Victor Andres Belaunde Gutierrez
08 de abril del 2016

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