Rocío Valverde
¿Las primeras bebés CRISPR?
Experimento genético con embriones humanos

Los doctores que hayan tomado parte o dirigido un ensayo clínico se deben haber llevado las manos a la cabeza al enterarse de que el científico chino He Jianku aseguró haber experimentado con la técnica CRISPR en embriones humanos. Este experimento resultó en el nacimiento de dos gemelas, las primeras bebés de diseño. De ser cierto, este científico le ha hecho un corte de mangas a la Declaración de Helsinki, el código de Nuremberg, el informe de Belmont, CONSORT y, por supuesto, todas las guías de la Unión Europa, Health Canada, FDA y un largo etcétera compuesto de miles de autoridades competentes y comités éticos.
Para desarrollar un ensayo clínico con humanos lo primero que se tiene que sopesar es la relación riesgo/beneficio. Este es el motivo por el cual gran parte de la comunidad científica ha dado declaraciones y emitido comunicados condenando las monstruosas acciones de este científico chino. Su experimento no tenía como fin prevenir o curar una enfermedad hereditaria, sino darles la habilidad a estas gemelas de ser inmunes a la infección del SIDA. Es decir, embriones perfectamente sanos han sido modificados para conferirles una ventaja genética. El gran problema es que no podemos saber con un mínimo de certeza los riesgos que conlleva editar un gen en humanos. El médico chino publicó un video en Youtube en el que asegura que las niñas han nacido perfectamente sanas, pero obvia contar que es posible que están gemelas tengan otras alteraciones genéticas, como se ha reportado en varios ensayos in vivo. Este hombre simplemente ha ignorado las mutaciones off target, que pasarán a la siguiente generación, y la posibilidad de mosaicos.
¿Cree que este científico ha analizado la relación riesgo/beneficio? Él ha elegido el SIDA para que parte de la comunidad se compre la idea de que lo que está haciendo es por el bien de la humanidad. Pues bien, no podemos negar que el SIDA es un problema que va en aumento y que afecta en estos momentos a más de 36 millones de personas; pero el SIDA se puede evitar y tratar. Una cura definitiva o una vacuna es absolutamente necesaria, pero este experimento clandestino solo puede obtener un beneficio insignificante bajo la condición de exponer los embriones a riesgos altísimos. No hay suficientes estudios en animales que puedan justificar el proceder de este científico.
Supongamos por un momento que estas gemelas CRISPR están completamente sanas y tienen un desarrollo normal. ¿Un ensayo clínico puede ser ético si no cuenta con un protocolo que cumpla con los requerimientos mínimos para ser revisado, aprobado, reportado, publicado y reproducido para el beneficio de la humanidad? No hay puntada sin hilo. Bien sabía este científico que ninguna revista va a publicar el artículo, porque no se ha adherido a la declaración de Helsinki. Y quizás por ello hizo semejante revelación a puertas de la conferencia internacional de edición de genes, que se llevó a cabo en Hong Kong. Bien dice el refrán: a río revuelto, ganancia de pescadores. Y este pescador tiene también dos compañías genéticas.
¿Qué ha ocurrido con el consentimiento informado de los padres? Debemos creer que un hombre que ha roto toda norma les ha explicado concienzudamente todos los riesgos de la técnica CRISPR? Su laboratorio publicó en su página de internet el consentimiento informado de 22 páginas traducidas al inglés, pero no había un solo sello o firma que confirmara que esta era una traducción oficial. Quizás la parte más aberrante de este consentimiento informado es que dice lo siguiente: “Las malformaciones neonatales, deficiencias congénitas y enfermedades genéticas comunes forman parte de los riesgos asociados a la reproducción natural. Este grupo no asume responsabilidades legales”. Más claramente, quieren dejar en acta que cualquier problema que presente el bebé no es producto de la técnica CRISPR. Este documento jamás habría sido aprobado por un comité ético, y quizás por ello el consentimiento informado fue borrado de su página de Internet el día 28 de noviembre.
El día 27 de noviembre el Dr. He se presentó en la conferencia para disculparse por la filtración de resultados, que el mismo divulgó, y para exponer los resultados de su investigación. Luego de su exposición compareció frente a un panel de científicos por más de 30 minutos. El Dr. Robin Lovell-Badge le preguntó si era posible que haya hecho a estas gemelas más inteligentes, ya que un artículo publicado hace un par de años había concluido que la mutación del gen CCR5 en ratones resultaba en una mayor capacidad cognitiva. El científico respondió: “He leído ese artículo y creo que necesita una verificación independiente”. El auditorio era un concierto de miradas perplejas.
Esta noticia me llena de indignación porque existen personas que aun necesitándolos rechazan los ensayos clínicos, porque siente que los usan como cobayos humanos. Los que trabajamos en ensayos clínicos sabemos que para que un ensayo sea aprobado debemos saltar a través de aros de regulaciones y aterrizar de pie marcando un diez perfecto. Noticias de este tipo simplemente alimentan la idea de la bad pharma.
En la seria animada de Batman, el Dr. Wakati ideó una máquina de desaceleración del tiempo para prolongar la vida de los enfermos terminales o detenerlos en el tiempo hasta que se encuentre una cura a su mal. En ese episodio, su asistente, el villano Rey Reloj, roba la máquina para detener el tiempo y así poder robar obras de arte sin ser detectado. Como se pueden imaginar el Caballero de la Noche atrapa al villano y el Dr. Wakati se ve en la obligación de ocultar su gran obra, sentenciando que el mundo no estaba preparado para ella.
Ojalá viviéramos en un cómic para poder poner cara de consternación mientras miramos al infinito y ocultamos aquello que, aunque fue creado con buenas intenciones, tiene el potencial de destruir la civilización que conocemos si cae en malas manos. La Dra. Jennifer Doudna, una de las coinventoras de la técnica CRISPR, urge a la comunidad científica a confinar el uso de la edición genética en embriones humanos a situaciones en las que no exista una necesidad médica no cubierta, o en las que no haya otra opción médica viable. ¿Escuchará China?
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