Herberth Cuba
La salud en los objetivos de desarrollo sostenible
“Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos”
Luego de la aprobación, en setiembre del 2015 y por 193 líderes, de los 17 objetivos de desarrollo sostenibles, en el marco de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, se inició un debate interno en nuestro país para lograr el cumplimiento de estos objetivos. Estos objetivos plantean crecimiento económico, inclusión social y la protección del medio ambiente. Es decir, crecer, incluir y proteger. Como es obvio, resulta complicado encontrar una mezcla óptima de estos tres aspectos básicos del desarrollo sostenible. Para algunos es más importante incluir, para otros proteger el medio ambiente o el crecimiento económico. Sin embargo, el crecimiento económico es la base para lograr incluir, pero debe realizarse sin hacer daño no solo al medio ambiente sino también a la gente.
“Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos, en todas la edades” es el tercer objetivo de desarrollo sostenible, que se refiere en modo directo al cuidado de la salud de la población. Sin embargo, la salud es la resultante de toda la existencia social del ser humano; en consecuencia, los 17 objetivos tienen relación directa con la salud. La pobreza, la seguridad alimentaria, la educación, la igualdad de género, el agua, la energía, empleo, la infraestructura, la innovación, la reducción de la desigualdad, las ciudades y asentamientos humanos saludables, los modelos de consumo saludables, los efectos del cambio climático, la conservación de los mares y océanos, la protección de los ecosistemas terrestres y la diversidad biológica, las sociedades pacíficas y la alianza mundial para el desarrollo sostenible son solo aspectos esenciales que la sociedad se plantea hasta el 2030 y que, de cumplirse, tendrán un impacto directo y positivo a favor de la salud.
Dentro del tercer objetivo ya señalado, se plantea la cobertura sanitaria universal. Este aspecto resulta esencial para diseñar las políticas públicas en salud debido a que involucra a toda la población y de todas las enfermedades. Se abandona el criterio de la focalización y se remarca la cobertura universal. Se amplía el concepto al aspecto financiero, acceso a los servicios de salud, medicamentos y vacunas. Nuestro país ha avanzado en el consenso de este punto en el Foro del Acuerdo Nacional al señalar como política de Estado la cobertura universal de salud y seguridad social en salud.
Las actividades de investigación e innovación en el desarrollo de medicamentos y vacunas, además de aprovechar las disposiciones del acuerdo sobre los derechos de propiedad intelectual y sus salvaguardas relacionadas a la salud pública, representan un aspecto esencial para lograr acceso de medicamentos y vacunas para todos los habitantes. El Ministerio de Salud tiene retraso en la reglamentación y elaboración de directivas para el cumplimiento de este objetivo.
Un aspecto importante para lograr el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible es “la contratación, capacitación y retención del personal sanitario” sobre todo en los países en desarrollo. En este acápite el Perú presenta un retraso muy serio. Hay déficit de personal, como muy bien lo ha señalado la Contraloría General de la República, pues el 48% de los establecimientos de salud tienen “ausencia de personal de salud mínima requerida”. Por otro lado, el propio Minsa ha calculado su brecha de necesidades en 16,000 médicos especialistas.
Nuestro país ha asumido un compromiso muy grande a nivel organizacional y presupuestal para lograr estos objetivos. Lamentablemente ese compromiso no se ha visto reflejado en el presupuesto aprobado para el año 2017. Sin embargo, es necesario avanzar de manera progresiva en la reducción de la mortalidad materna, infantil y neonatal, según los compromisos asumidos para el año 2030. Esta fecha deberá poner fin, también a las epidemias de Sida, tuberculosis, malaria y otras enfermedades conexas.
No obstante, los indicadores han presentado retrocesos en el último lustro humalista. Por ejemplo, la vacunación contra la tuberculosis en menores de un año ha caído de 95.3% en el 2010 a 51.1% en el año 2016. En el caso de la polio ha caído al 48%, y en el de la influenza en 27%. El retroceso en salud pública ha sido increíble. La situación tiene que ser revertida lo más pronto posible.
El acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, y su integración con los demás servicios de salud, requiere aún esfuerzos importantes. Sin embargo, el presupuesto no guarda correlato con las necesidades. Es necesario reorientarlo en modo progresivo. Por otro lado los accidentes de tránsito representan desgracias que justificadamente han sido incluidas en los objetivos de desarrollo sostenible.
El nuevo gobierno tiene el reto de lograr progresivamente los compromisos asumidos, pero el presupuesto asignado y las restricciones impuestas para el 2017 dificultan su cumplimiento. Sin embargo, el consenso de los actores involucrados con la salud y la presión social contribuirán a enmendar rumbos.
Herberth Cuba García
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