La nueva sociedad: el empoderamiento femenino

Las mujeres están ganando cada vez más representación en los parlamentos y gobiernos de todo el mundo. Así recordamos la gran presencia de María Corina en las contiendas electorales de Venezuela. Si bien aún queda mucho por hacer, la presencia de la mujer en los campos políticos, económicos y sociales ha permitido visibilizar las necesidades y demandas específicas de las mujeres y ha impulsado la aprobación de políticas públicas con perspectiva de género.

La participación de las mujeres en la fuerza laboral ha aumentado considerablemente. Aunque persisten las brechas salariales, las mujeres emprendedoras están creando empresas innovadoras y desafiando los nuevos modelos de empresas en esta era digital. Sin descuidar sus tareas domésticas o familiares. La igualdad hacia la mujer es frente a los derechos, leyes y ante Dios. Las biologías por razones evidentes son distintas. El marco de la igualdad debe ser adaptado al contexto de que ambos son seres humanos, personas, distintos en fisiología y psiqué, pero iguales ante la ley.

¿Qué tan grave es el problema?

Sin embargo, la violencia contra la mujer en el Perú es un problema grave y persistente que afecta a millones de mujeres en todo el país. Representa una violación a los derechos humanos fundamentales y una barrera significativa para alcanzar la igualdad de género. Según las estadísticas del INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática), el 53,8% de las mujeres declararon haber sido víctimas de violencia psicológica, física o sexual, alguna vez por el esposo o compañero. En enero de 2024, se han registrado 16 feminicidios, de los cuales 4 (25%) fueron reportados previamente como desaparecidas; 6 tentativas de feminicidios y 1 muerte violenta.

Perú tiene una de las tasas más altas de violencia contra la mujer en América Latina. Estudios indican que 7 de cada 10 mujeres peruanas han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida. La violencia contra la mujer se manifiesta de diversas formas, incluyendo la física, psicológica, sexual y económica.

La violencia tiene graves consecuencias para las víctimas, sus familias y la sociedad en general, incluyendo traumas psicológicos, problemas de salud física, dificultades económicas y limitaciones en su desarrollo personal.

¿Por qué ocurre la violencia hacia la mujer?

Las causas de la violencia contra la mujer son múltiples y complejas. Están arraigadas en las desigualdades de género, los roles tradicionales y las normas sociales que perpetúan la discriminación hacia las mujeres. Algunos factores que contribuyen a este problema son en sí la concepción de que la mujer es inferior al hombre. Durante los primeros años del siglo XX, que las mujeres decidieran estudiar una carrera universitaria, era mal visto. Lo que significa que la desigualdad de género hacia el acceso a la educación estuvo vetada por muchos años del siglo XX. Recién en 1955 en el Perú, se da el acceso al voto de la mujer. El Perú y Latinoamérica ha estado plagado de normas machistas. Estas normas sociales machistas consideran a las mujeres inferiores que los hombres, justificando así el control que ellos pueden tener sobre ellas, incluso hasta justificar la violación de sus propios derechos. 

¿Qué se está haciendo para combatir la violencia contra la mujer?

Cuando una mujer comparte su historia de violencia, está dando el primer paso para romper el ciclo de maltrato. Debemos garantizar el espacio seguro que necesita para hablar y ser escuchada. Se han aprobado leyes que penalizan la violencia contra la mujer y se han creado mecanismos para su atención y protección. Se han establecido centros de atención como Línea 100, Centro de Atención Institucional (CAI), Centro de Emergencia Mujer (CEM), Chat 100, entre otros. El Gobierno ha impulsado campañas de sensibilización para concientizar a la población sobre la violencia de género y promover la igualdad. Lo curioso de esta realidad es que la violencia de género no se concentra solamente en la zona rural, llega a las esferas altas de familias adineradas o de buen “status”.

Hay que enseñar a las próximas generaciones, empoderando en la autoestima de la mujer

El ejemplo que damos a la generación más joven determina la manera en que esta piensa sobre el género, el respeto y los derechos humanos. Desde el colegio, hasta las universidades y centros de trabajo, todos, deben saber cómo la mujer debe ser tratada y cómo un hombre debe tratarla. “Es importante hablar con niños y niñas sobre el consentimiento, la autonomía física y la responsabilidad sobre nuestras acciones de una manera apropiada para su edad. Por ejemplo, explica la importancia de un “sí” claro de todos los involucrados, el hecho de que su cuerpo es suyo y que uno toma decisiones sobre lo que sucede con su cuerpo, y de cómo siempre debemos asumir la responsabilidad de nuestras acciones. Es importante escuchar también a lo que tienen que contar sobre sus experiencias en el mundo. Al dotar a jóvenes activistas con información y educarlos sobre los derechos de las mujeres, podemos construir un futuro mejor para todas y todos”.