Heriberto Bustos
La crisis nos obliga a pensar
Los grandes desafíos generan grandes posibilidades

La forma en que venimos afrontando el Covid-19 ha desembocado en un contexto donde las viejas prácticas no deben ser asumidas como respuestas a las circunstancias actuales, pues ya han perdido su eficacia. Los momentos que vivimos, al haber zanjado abruptamente con el aún fresco pasado, obligan a repensar casi todo, exigiendo, a nivel individual y colectivo, aguzar percepciones y agilizar inteligencias para encontrar salidas coherentes y rápidas a las dificultades.
Ahora bien, las crisis traen consigo una serie de desafíos, y al marcar el fin de una determinada época, dan curso al surgimiento de algo nuevo. Sin ellas, el reino de la constante rutina, reñida con los desafíos, atentaría contra el progreso de la humanidad. En ese sentido, no le falta razón a Einstein cuando afirma que “la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y los países, porque la crisis trae progresos”.
Los problemas económicos, sociales y políticos se expresan en pérdida de empleo, necesidades de sobrevivencia, urgencias de atención de la salud, distanciamiento de la práctica de valores, disputas por la supremacía populista entre Ejecutivo y Legislativo, persistencia de intereses personales encubiertos por la campaña electoral en marcha. Pero esos problemas no deben hacernos dejar de lado las iniciativas y acciones en curso que entienden que el presente cobija el futuro del país, y que silenciosamente vienen asumiendo retos.
Es el caso del Foro del Acuerdo Nacional, en el que tienen participación representantes del gobierno, partidos políticos y organizaciones de la denominada sociedad civil. Tras su declaración “En estos momentos difíciles las instituciones integrantes del Acuerdo Nacional reafirmamos nuestro compromiso con la salvaguarda de la vida, la contención de la pandemia, la atención de la población más vulnerable, la lucha contra el hambre y la recuperación económica con empleo digno, objetivos del compromiso solidario con la protección a la vida Perú Hambre 0 y las medidas inmediatas para reactivar la economía y preservar la salud recientemente suscritos”, tomaron las palabras del Presidente en torno a los cinco puntos planteados en su discurso del 28 de julio. Así otorgaron un plazo de 45 días para motivar un diálogo nacional sobre construcción de un sistema unificado de salud, garantizar la calidad de la educación eliminando brechas y con acceso a educación virtual en todos los niveles, crecimiento económico sostenible, lucha contra la pobreza, y continuación de la reforma política y de justicia.
En tanto su implementación, dadas las urgencias, se operará en lo inmediato. Importa no solo estar informados, sino también participar en el debate a través de las instancias u organizaciones con las que tenemos cercanía, a fin de no sorprendernos o ser sorprendidos sobre las determinaciones que se asuman. Empecemos a ser partícipes de los acuerdos que se toman, pues el futuro no es mañana, responde a lo que se construye hoy. He ahí una forma distinta de hacer política en estos momentos. Al respecto Víctor Hugo afirmaba que “el futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”.
Entendiendo que la crisis no pasará por sí sola y que las reglas de juego han cambiado, repensarlo todo es una obligación. Corresponde, entonces, apartarnos de la común afirmación de que todo tiempo pasado fue mejor, sumándonos a esfuerzos positivos y comprometidos para abordar seriamente la problemática del país.
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