Guillermo Vidalón
¿Julio Velarde habría ganado una elección?
Lo más probable es que no llegara a encandilar a los votantes
El Dr. Julio Velarde Flores, presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), reconocido como el banquero central más destacado del mundo, ¿habría concitado la atención del electorado para llevarlo hasta el sillón de Pizarro? Lo más probable es que su conocimiento en materia económica resultase insuficiente para encandilar a los votantes.
Julio Velarde es un economista que ostenta el cargo de presidente del BCR desde el 2006. Desde entonces ha cumplido con garantizar la estabilidad de la moneda nacional, manteniendo baja la inflación y preservando los ingresos de todos los peruanos. Además, quizás sin proponérselo, ha convertido al sol en una moneda de refugio para bolivianos y otros ciudadanos de países vecinos.
¿Qué está detrás del éxito del sol? Una política macroeconómica sostenida garantizada por el respaldo constitucional con que cuenta una entidad autónoma como el banco central. Si la moneda nacional es confiable, sus ciudadanos ahorran y quienes desean emprender se sienten estimulados para invertir en busca de oportunidades que siempre surgen en un mercado en expansión.
Las decisiones de los ciudadanos, sea como personas naturales o jurídicas, impactan en el crecimiento del Producto Bruto Interno, si se equivocan, la economía se contrae, si aciertan se expande y en este proceso se generan nuevos empleos y se reduce la pobreza. A Winston Churchill, ex primer ministro del Reino Unido durante la Segunda Guerra mundial de 1940-1945 y 1951-1955, se le atribuye la siguiente frase: “La diferencia entre los animales y los humanos es que los animales nunca permitirían que el más tonto e incapaz de la manada los guíe”. En verdad es una cita popular que evidencia la tendencia humana de seguir a líderes incompetentes ¿En Perú hemos seguido a líderes incompetentes?
En 1980 el Perú tuvo la oportunidad de elegir presidente a Luis Bedoya Reyes, fundador del Partido Popular Cristiano (PPC). Él había ejercido la alcaldía de Lima (1964 y 1969) y es recordado por su capacidad ejecutiva y decisión para modernizar la Villa de Los Reyes. No obstante, la ciudadanía eligió al Arq. Fernando Belaunde Terry, quien había sido depuesto 12 años atrás por el Gral. Juan Velasco Alvarado. Belaunde decidió no participar en la Asamblea Constituyente de 1979 porque estimó que implicaría un desgaste político para su partido Acción Popular. Y no se equivocó, volvió a Palacio de Gobierno.
Por entonces, la emotividad se volvió a imponer sobre la racionalidad. La ciudadanía analizó, Belaunde fue echado del gobierno por una dictadura militar cuyas políticas resultaron peor que las precedentes. En adición, Armando Villanueva, candidato del APRA –principal partido opositor– estaba casado con una ciudadana chilena, en tanto que el estribillo acciopopulista afirmaba: “Violeta es peruana” en alusión a la esposa de Fernando Belaunde.
En 1985 Bedoya Reyes volvió a postular. La racionalidad de su mensaje frente a la emotividad del discurso de Alan García (candidato del APRA), lo relegó al tercer puesto, por debajo de Alfonso Barrantes, candidato de los variopintos grupos de izquierdas. El gobierno de Alan generó una inflación que en 1990 alcanzó 7,650%.
En 1990 Alberto Fujimori Fujimori derrotó electoralmente a Mario Vargas Llosa, quien contó con el apoyo del Movimiento Libertad y la alianza Acción Popular y PPC. El eslogan de Fujimori fue: “Honradez, tecnología y trabajo”, que le permitió llegar a la segunda vuelta para enfrentar al afamado escritor. Con un Plan de Gobierno improvisado, apoyado por la izquierda, el descendiente de japoneses fue electo. A su favor, Fujimori tuvo el conocimiento, matemático de su profesión, analizó la propuesta económica de Carlos Boloña, frente al gradualismo de Adolfo Figueroa y Santiago Roca, e hizo un cambio de dirección que le permitió estabilizar la economía y derrotar a la subversión.
En 2001 Alejandro Toledo (actualmente detenido) fue electo y su mensaje fue: “Mi gente quiere trabajo ¡Carajo!”, su partido, Perú Posible, fue inscrito con firmas falsas, pero él denunciaba la fábrica firmas del fujimorismo.
En 2006 Alan García fue elegido por segunda vez presidente de la república. Derrotó a Ollanta Humala, quien era visto como el candidato de Hugo Chávez, el desaparecido presidente dictatorial de Venezuela. En tercer lugar, quedó Lourdes Flores –candidata del PPC– quien siguiendo la enseñanza de su líder Luis Bedoya ofreció su colaboración a Alan II. A cambio, le solicitó la presidencia del BCR para su militante Julio Velarde.
Desde entonces, Velarde es el artífice del éxito económico del Perú. Inclusive, gracias a su experiencia y al equipo que lo acompaña en el BCR, ha ayudado a todos los peruanos a superar la crisis ocasionada por la pandemia de covid y el vizcarrismo. Así como las políticas implementadas por alguno de los gobiernos subsecuentes.
En 2026 el Perú requiere un gobierno cuyos líderes transmitan confianza al sector privado, nacional y extranjero. Este está haciendo lo suyo, posicionando productos y servicios en cuanto mercado del mundo les abra sus puertas. Además, está logrando ventajas que fortalecen significativamente nuestra balanza comercial, a eso responde la fortaleza del Sol que hoy brilla más que nunca. La emoción en los procesos electorales es bienvenida siempre que oriente a la ciudadanía a seguir el camino correcto.
















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