Dante Bobadilla

Incapacidad ante la crisis venezolana

Gobierno peruano le cierra la puerta a los venezolanos

Incapacidad ante la crisis venezolana
Dante Bobadilla
23 de agosto del 2018

 

La clase política representa la involución de la especie humana, caracterizada por la disminución progresiva de la inteligencia. No solo exhiben corrupción, sino también una incapacidad pasmosa para enfrentar los retos y resolver los problemas. El caso de la crisis humanitaria desatada por el socialismo en Venezuela es una prueba.

Nicolás Maduro, heredero designado por Hugo Chávez para culminar su obra de destrucción masiva mediante la implantación irracional y fanática de un socialismo trasnochado, dirige todavía un régimen que se pudre en la corrupción y en la ineptitud. Pero él es solo el ejemplo mayor de la mediocre clase política de nuestros países, donde los problemas nunca se enfrentan, sino que se maquillan y se esquivan con alardes de proeza para la foto. Incluso se crean nuevos problemas de la nada.

Las soluciones de Maduro a la crisis son del mismo tipo que ofrece Vizcarra: puro circo y fuegos artificiales. Más y más de lo mismo, sin resolver nada. Se parecen a los payasos que saltan al ruedo para hacer piruetas frente al toro, pero incapaces de enfrentarlo. Les basta con los aplausos de las tribunas. Al final no les queda más que escapar perseguidos por la crisis y hasta corneados, pero felices por su momento de gloria y la riqueza personal acumulada.

Ahora tenemos en nuestras manos la crisis humanitaria de los venezolanos. ¿Y qué hace nuestro valiente gobierno? Les cierra las puertas apelando a leguleyadas. Es impresionante. A mí me da asco. ¿Y el Grupo de Lima? ¿Qué hace? En vez de coordinar estrategias conjuntas para manejar la crisis humanitaria, solicitar apoyo económico a la ONU, movilizar a los caminantes, crear zonas de refugiados, etc., los burócratas se encogen de hombros y sacan sus ridículas normas como si se tratara de cualquier trámite regular de fronteras. ¿No son unos miserables? Son peor que ineptos.

Según el gobierno, debemos echar a los venezolanos que se arrastran por las carreteras con sus andrajos buscando ayuda. Me niego a ser parte de esta ignominia. En mi concepto es absurdo distinguir entre peruanos y venezolanos. Todos somos personas y seres humanos. Ellos son nuestros hermanos, hablan nuestro idioma, tienen las mismas creencias, comparten nuestra historia, algunos incluso son descendientes de peruanos que emigraron antes hacia Venezuela.

No entiendo cómo este país alardea de tener “valores cristianos” cuando observa con los brazos cruzados la diáspora de miles de venezolanos hambrientos caminando con sus trastes rumbo a un ansiado refugio, y se les niega. ¿Cómo se le puede negar ayuda a estos seres desesperados y aun así creer que se tienen valores cristianos, y luego volver a misa el domingo y comulgar con la conciencia tranquila? Eso es algo que no comprendo. Siempre se puede hacer algo cuando se quiere ayudar.

La Iglesia católica, parcial y aisladamente, ha establecido algunas formas de apoyo muy limitadas. Pero lo que se espera de una entidad tan gravitante es que tome la cruz y el cayado y lidere una cruzada moral para acoger a los migrantes venezolanos. Ahora es cuando debe meter su cuchara e instar al gobierno a actuar de la manera correcta. Si quieren dar muestras de que defienden la vida y la dignidad del ser humano ahora tienen una excelente oportunidad para demostrar que eso no pasa de ser más que una pose de campaña.

En cuanto al gobierno de Vizcarra, es realmente vergonzoso que en medio de una crisis humanitaria de esta magnitud no tenga mejor idea que recurrir a una burda estratagema burocrática para cerrarles las puertas a los venezolanos. Una muestra más de que Vizcarra no es un ningún líder. No da la talla para el cargo que se encontró de casualidad. No está a la altura que exige el momento histórico. Ya no tengo dudas de que es un inepto. Y estoy por creer que es otro miserable. Creo que lo mejor para el país sería que Vizcarra convoque a elecciones generales y se vaya a su casa, en vez de crearnos más problemas.

 

Dante Bobadilla
23 de agosto del 2018

COMENTARIOS