¿Impuestos o beneficios?

El día de ayer estuve en una mesa de trabajo organizada por el congresista Gilbert Violeta para conversar sobre las necesidades de reformar los sistemas de pensiones en el Perú para aumentar la cobertura, mejorar las pensiones y que las comisiones sean competitivas. El congresista planteó la posibilidad de que el trabajador vea, a través de la devolución de los impuestos que ha pagado —sean estos IGV o Impuesto a la Renta— a su Cuenta Individual de Capitalización (CIC), un beneficio directo del pago de sus tributos al Estado. Y esto último porque en el Perú, muchas veces, el que paga los impuestos no usa los servicios de educación o salud, y siente que es inútil sostener a un Estado que es indiferente a sus necesidades.

En el mismo foro, el presidente de la ONP señaló que es consciente de que el esquema de reparto es insostenible por la estructura demográfica de la población (la esperanza de vida está aumentando) y por la creciente falta de cultura de ahorro. Planteó entonces la posibilidad de convertir a la ONP en una AFP estatal, en la que cada trabajador vea, al igual que en las AFP, su dinero en su propia cuenta de ahorros y, por ende, pueda ofrecerle a los afiliados los mismos beneficios que hoy le da la AFP.

No obstante, también hubo coincidencia con los expertos invitados en que para tener un sistema equitativo y sostenible se requiere fijar una pensión mínima que proteja a los afiliados de ser pobres en la vejez; y fomentar mecanismos como el matching contribution (contribución equiparada), con el fin que los trabajadores se encuentren motivados a ahorrar para su vejez.

Hoy día, siete de cada diez trabajadores pertenece a algún sistema de pensiones. De este total, cerca del 50% cotiza con cierta regularidad; y en este año, ocho de cada diez nuevos trabajadores elige la AFP en lugar de la ONP. Hoy afiliarte a una AFP (en comisión mixta) te cuesta 0.18% de comisión sobre tu sueldo al mes y 1.25% sobre el stock de tu CIC acumulada.

A fines de año se viene la siguiente licitación, y esta es una excelente oportunidad para ampliar la base de trabajadores que se podría afiliar a una AFP, lo cual contribuiría a reducir los costos fijos. ¿Por qué no pensar en licitar también a los trabajadores que hoy se encuentran afiliados a la ONP —sin quererlo— y que como no cuentan con bono (el último es del año 2001), se encuentran cautivos en la ONP?

Esto permitiría fomentar la irrupción vez de un nuevo partícipe en el sistema, y le daría al afiliado a la ONP la posibilidad de contar con una alternativa superior a la que hoy tiene. Son miles las personas que desean moverse del sistema de reparto al privado, pero que hoy no lo pueden hacer. Su dinero se quedaría en la ONP y jamás lo volverían a ver.

Se trata de ser ingeniosos, siempre pensando en la mejor alternativa para el trabajador. Para que él y su grupo familiar se encuentren protegidos, y pueda gozar de una vida tranquila al momento de jubilarse.