Iván Arenas

Humala, el artista equivocado

Humala, el artista equivocado
Iván Arenas
02 de septiembre del 2015

Sobre la evidente soledad de Cateriano en un gobierno polarizador

Decía don Manuel Vásquez Montalván que la Constitución española del 78 había nacido producto de una correlación de “debilidades” y no de “fuerzas”. Ahora más que ayer le cae bien al gobierno nacionalista las palabras del viejo español.

Estamos ante un gobierno débil y el presidente Humala parece que no lo sabe. En su más reciente entrevista, el presidente parecía que vivía otro momento. Probablemente creía que estaba en su primer año o que, como incide en la entrevista, el país atraviesa por un camino brillante y sin complicaciones. Nada más alejado de la realidad.

No obstante, cabe señalar que si la política es un arte el presidente se equivocó de oficio. Lo que el gobierno nacionalista parece no haber aprendido es que en los momentos en que eligieron el buen arte de la política y no la confrontación, insultos o diatribas, les fue mucho mejor. Basta recordar cómo un recién nombrado Presidente del Consejo de  Ministros, Pablo Cateriano, pudo contener a la oposición eligiendo el camino del diálogo y la diplomacia.  

Pero si con la entrevista el presidente quiso borrar dudas o aclarar temas, queda claro que el objetivo no se cumplió. Porque dejó ver las graves costuras de su gobierno. En seguridad ciudadana el problema para el presidente es de “sensaciones”, la desaceleración económica es producto de los bajos precios de los “commodities” y la inclusión es el motor de la reducción de la pobreza. Encima de eso, Humala, comparaba a su gobierno con el anterior, repitiendo cansadamente que ¡estamos mejor que el 2011!. ¿Por qué no le pregunta a la gente si estamos mejor, señor presidente?    

A las recientes denuncias periodísticas sobre las famosas agendas que pertenecerían a la señora primera dama, y la recomendación de la Comisión Belaunde Lossio para que la fiscalía investigue a Heredia por lavado de activos, se suma un sombrío panorama económico para los próximos meses. Además, habría que agregar que varios congresistas estarían abandonando pronto el carro nacionalista. ¿Es o no un gobierno lleno de debilidades?

Lo curioso es que los actores que podrían poner una agenda política están relegados. Por ejemplo, se espera más del PCM, pero éste brilla por su ausencia. La señora Heredia ha tomado su lugar no solo como vocera política sino como furibunda antiaprista. Hace falta que Cateriano asuma su papel porque hasta ahora parece una bisagra legítima y aceptable. Y cuesta decirlo, es la única garantía para que el gobierno salga del pozo en el que anda metido.       

De no ser así todo indica que Humala o Nadine se sienten como pez en el agua en la confrontación y que su gobierno se apagará entre insultos y diatribas. Es posible entonces que Cateriano sea una piedra en el zapato porque, de alguna manera, representa lo poco institucional que le queda al gobierno.

Humala necesita volver a hacer política. La agenda del país no puede estar enfocada en las denuncias contra la primera dama. El Perú es más que eso y si algo de artista le queda al presidente entonces podría acabar su gobierno haciendo una pequeñísima obra de arte.

Por Iván Arenas

Iván Arenas
02 de septiembre del 2015

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