Cecilia Bákula
Historia y romance del viejo Miraflores
Sobre la nueva edición de la obra de Luis Alayza y Paz Soldán

Recientemente la Municipalidad de Miraflores ha lanzado una cuidada edición del libro Historia y romance del viejo Miraflores, de Luis Alayza y Paz Soldán. Se trata de la segunda edición de este texto que apareció por primera vez en 1947. Deseo destacar no solo el valor del libro mismo, sino la voluntad de la gestión edil de Luis Molina, alcalde de Miraflores, de darle un impulso especial a las actividades culturales distritales a través de la Gerencia de Cultura; hoy esta Gerencia está en manos de Miguel Molinari, persona con mucha experiencia y visión de trascendencia en el campo de la gestión cultural.
Esta publicación es singular, máxime cuando ese distrito tiene una antigua historia y en él se han dado hechos de gran importancia, desde las Conferencias de Miraflores, de 1820, hasta la presencia de destacados vecinos que han dado lustre y prestigio a lo que era antes un hermoso balneario, y que hoy es un distrito floreciente y con un carácter muy particular. Miraflores ha sido y es cuna de poetas, pensadores, artistas, literatos, historiadores y, fundamentalmente, de personas de bien que saben del privilegio que significa ser vecino de este tradicional, emblemático e histórico distrito.
Es necesario destacar la figura de Luis Alayza Paz Soldán, de extraordinaria producción literaria a la que se une una gestión pública intachable. El autor es rico, por sí mismo, en tradición e historia, pues su familia está entroncada con las raíces mismas de nuestra vida republicana. Sorprende, por ejemplo, el hecho de haber sido bisnieto de Hipólito Unanue; lo que, desde mi punto de vista, es un gran privilegio y debió, sin duda, marcar su vida. Unanue fue prócer, intelectual y político, y le tocó vivir el momento mismo de la definición, dejando el seguimiento al virrey para abrazar con fuerza y convicción la causa patriota. En ese sentido, el autor es miembro de una familia que, cual estirpe destacada, ha dejado huella en nuestro transcurrir en los últimos 200 años.
En el libro que ahora comento, Luis Alayza se nos presenta no solo como un prolífico hombre de letras, sino como una persona que comprendió el valor de los datos históricos, pues los incluye perfectamente eslabonados en sus relatos que, muchas veces, son más históricos que puramente literarios. Y en ese sentido, vale recalcar sus referencias personales a Leguía, Cáceres y Benavides, entre otros. Al primero lo recuerda con especial cariño y respeto, mostrando aspectos casi íntimos de la personalidad del presidente Leguía; con él tuvo una relación de amistad, más que de dependencia, ya que trabajó a sus órdenes, lo que le permite superar la objetividad para dar paso a la admiración, recalcando aquellos rasgos singulares del personaje.
Y así como nos deja conocer sus impresiones de estos personajes de nuestra historia, Luis Alazyza embelesa al lector con las interesantes y valiosas anotaciones referidas a la vida familiar. Más allá de los que pudieran ser los recuerdos personales del autor, nos ofrece una visión simple, directa y transparente de cómo transcurría la vida y el día a día en una familia en la que la conversación y las charlas tipo tertulia eran una costumbre que, lamentablemente –quizá debo decir desgraciadamente– este mundo moderno nos ha casi robado. El libro nos permite entrever la educación y la cultura de entonces pues, por ejemplo, con toda naturalidad señala su conocimiento de la historia de la antigüedad y su cercanía a la tradición de los filósofos griegos; y cómo era habitual que personajes destacados del momento frecuentaran la casa paterna del autor, aprendiendo siempre de oír a esos personajes, y adquirir no solo conocimientos, sino experiencias y pautas de conducta y respeto a los mayores.
Y como era de esperar, Miraflores es retratado con amor y ternura. Luis Alayza recuerda sus calles, árboles, esquinas y lugares favoritos. Hace referencia a los personajes propios de este distrito, que antes fue el balneario de moda y al que, con esta publicación, se quiere rendir homenaje para que la modernidad no opaque a la tradición y podamos mantener el recuerdo de ese espacio de solaz y vida comunitaria en el que muchos de nosotros hemos crecido.
Al referirse a Miraflores, Alayza no obvia la documentación histórica, pues incluye un anexo de documentos y referencias respecto a la historia, el origen y la evolución de nuestro distrito, mostrándonos una línea de todo el proceso de crecimiento y definición del espacio miraflorino. No deja de mencionar los lugares de mayor antigüedad y simbolismo, prestando especial atención a la Huaca Pucllana, la que parece haber conocido y visitado en repetidas oportunidades. Y es que Miraflores, tal como él lo muestra, tiene recursos inagotables de belleza, urbanismo, tradición e historia.
La obra de Luis Alayza y Paz Soldán está íntimamente asociada a este Perú al que tanto quiso, al que descubrió y conoció en sus múltiples viajes, que le permitieron comprender y aportar una visión de la historia, el territorio, la sociedad y los personajes de su tiempo. Y lo hizo con seriedad, pero sin acartonamiento verbal, con mucha agilidad y lenguaje ameno. A él se le reconoce como el creador de la palabra “peruanidad” y en ese sentido, estimo que nos enfrentamos a la obra de un singular peruanista, pues será nuestro país su referente y motivación permanente.
Esta nueva edición de Historia y romance del viejo Miraflores es un esfuerzo de la Municipalidad de Miraflores que no habría sido posible sin la generosa voluntad y participación de la familia del autor. Especialmente de su hija, la señora doña Guenilda Alayza de Quiñones, y a la perseverancia y devoción con que Fernán Altuve asumió el cuidado de la edición.
Nuestra educación peruanista, indispensable en estos tiempos, requiere el acceso a estas obras que, cual tesoro descubierto, llegan a nuestras manos después muchas décadas. Por ello es que saludo la edición de este libro y espero con ansias la posibilidad de ver, igualmente, nuevas ediciones de la rica producción bibliográfica del autor.
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