Heriberto Bustos
Haciendo de la política un apostolado
Sobre la fundación del Partido del Buen Gobierno

Tras una semana de conteo institucional de la votación, y con los resultados definitivos, podemos afirmar que hemos ingresado a una coyuntura política con mayores complicaciones que las previstas por quienes asumían que una modificación abrupta en la composición del Congreso permitiría un rápido desenlace en cuanto a la aprobación de las reformas propugnadas por el Ejecutivo. En especial, la eliminación de la inmunidad parlamentaria y el cambio del capítulo económico de la Constitución.
En un escenario caracterizado por la corrupción, el deterioro de la institucionalidad democrática, la ausencia de valores, la constante manipulación de la información y la profunda debilidad de los partidos políticos, se acrecentaron las condiciones favorables para que propuestas violentistas y antisistema encontrasen el momento oportuno de acceder y “capturar” uno de los poderes más importantes de la institucionalidad democrática. Violencia, muerte e irresponsabilidad conjugarían esfuerzos para que un buen porcentaje de peruanos expresen con su voto la rabia y descontento que sienten ante la desigualdad, ineficiencia del gobierno e incompetencia de la “clase política”.
Frente a este panorama que no auguraba nada positivo para el país, las respuestas cívicas no se dejaron esperar. Y como una especie de llamamiento por la salvación nacional, germina el intento organizativo de un partido que busca unir a todos los peruanos; se trata del Partido del Buen Gobierno, liderado por Jorge Nieto Montesinos, a quien la población conociera desempeñando con aplomo, caballerosidad, respeto e inteligencia, responsabilidades como ministro de Cultura y de Defensa en el período de Kuczynski, cargos a los que renunciaría por discrepar con el manejo político del indulto al ex presidente Alberto Fujimori.
Los enunciados político programáticos señalados en su Ideario(*), traslucen la esperanza de asumir y fortalecer la democracia como sistema de gobierno, promover el debate informado, sin reconocer enemigos, sino adversarios con quienes competir, buscando un país que crezca con un buen gobierno; en esa direccionalidad señala:
“No adscribimos a un pensamiento único, cualquiera sea su signo, cualquiera sea su origen. Adscribimos a principios democráticos que reconocen la inmensa riqueza de nuestra diversidad, las libertades conquistadas, de creencias, de cultos, políticas, culturales, económicas…”; en relación a la economía base de nuestro desarrollo menciona el fortalecimiento de “ Una economía de verdadera competencia e innovación constante, que reconozca y propicie todas las formas de asociación que se de en la sociedad y sus individuos para su bienestar, desde la empresa privada hasta las diversas formas comunitarias y asociativas que compiten en el mercado, con un Estado de firme e inteligente capacidad reguladora.”
En tanto llamamiento a la unidad para superar la profunda crisis moral, ideológica, política y económica, su ubicación como organización de centro, lo sitúa en un escenario de sensatez:
“Nos declaramos un partido de centro reformador y transformador, ninguna capacidad útil con la que cuente el país será rechazada en función de sus creencias, ideologías, preferencias personales, orígenes sociales o cualquier otra razón de discriminación o marginación. Requerimos personas honestas y competentes que trabajen por el Perú y la humanidad…”
Con su lanzamiento, la esperanza de hacer política seria, responsable y comprometida vuelve a quienes, en claro distanciamiento con la resolución violenta de las diferencias, valoran junto a la defensa de la vida democrática, el fortalecimiento de la familia y el futuro de sus hijos en concordancia con el progreso del país.
- Partido del Buen Gobierno. Ideario. www.partidodelbuengobierno.pe
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