Arturo Valverde

Fernando Olivera “sape”

Fernando Olivera “sape”
Arturo Valverde
09 de febrero del 2017

El engaño y la mentira como estrategia política

Fernando Olivera tiene razón: “A un pueblo que sabe no lo engaña nadie”. Me pregunto, si acaso los peruanos leyéramos más ¿existirían personajes como él? ¿Acaso se hubieran multiplicado tanto los “Popys”, que en los últimos años han sido como esas criaturas alienígenas que con solo rociarles agua se reproducen, para espanto de todos?

Pertenezco a una generación que cuando éramos niños vivió el primer gobierno de Alan García y el surgimiento de “Popy”. Pero no soy cojudo, reconozco a un “Popy” cuando lo tengo al frente o lo veo venir. Basta con preguntarse ¿qué tipo de persona puede falsificar documentos y presentarlos como auténticos ante el Papa? ¿El engaño y la mentira no son una forma de pervertir los valores, señor Olivera? El mismo Olivera que fue capaz de callar la boca a periodistas con gritos o portazos desde su coche.

¿Qué sería de nosotros si este sujeto se pusiera al volante? El “chosicano” debería contratarlo como cobrador o chofer. No pagaría peajes gracias a sus cualidades de facilitador. Me lo imagino en la caseta del peaje facilitando un pase fácil, un “ya, pase no más”, como lo habría hecho en el caso de la firma del contrato que dio inicio a la Carretera Interoceánica. Hay que tener cuidado con las llamadas que uno recibe al mediodía. Podría ser un “Popy”.

Pero, ¿cómo ha logrado mantenerse tanto tiempo en la política, sin ningún aporte trascendental al país que pudiera merecer algún elogio o un solitario aplauso? Olivera representa al que tira la mota al profesor y se esconde al fondo, al que se ríe de quien tima a una abuelita, al que arroja un globazo al borracho que duerme en la acera, al que no pagó pasaje y cree que la hizo, al que cree que es más vivo, al que “sape” pero no “sabe”, al que no paga la renta en la vecindad.

Olivera, que tanto parece gustar de la trova y en su última aparición declamaba una canción popularizada por León Gieco, debería escuchar lo que decía Facundo Cabral sobre los pendejos. Después de tantos años en la política cabría preguntarse si ha dejado escuela. ¿Tiene discípulos que sigan el ejemplo del otrora líder del Frente Independiente Moralizador? Bueno, quién sabe si aún podríamos encontrar a uno de sus seguidores vociferando por el jirón de la Unión, en el centro de Lima.

“A un pueblo que sabe no lo engaña nadie” dijo Fernando Olivera. Y quizás por eso se mantiene vigente, porque cree que el “saaape” y tú no. Un motivo más para decirles a nuestros hijos que lean bastante.

Por Arturo Valverde
Arturo Valverde
09 de febrero del 2017

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