Estampa morada

La morada multitud de fieles del Señor de los Milagros salió en procesión este sábado pasado por las calles de la ciudad de Lima. En su primer recorrido, la sagrada imagen transitó por la avenida Tacna hasta volver a su punto de partida en la Iglesia de Las Nazarenas.

Este articulista recuerda que de niño era cargado en hombros para divisar, a lo lejos, a la venerada imagen del Cristo Moreno alzándose por encima de las cabezas de sus fervorosos seguidores, envueltos por el magnetismo solemne de la tradicional banda musical. Allí, en hombros, me persignaba mientras miraba asombrado al anda que se mecía, de lado a lado, como un barco de madera y plata cincelada, flotando en medio de un mar de gente.

Arrastrándose por el suelo iba un devoto que se había prometido acompañar la procesión si el Cristo Moreno le hacía un milagro. El Cristo Moreno cumplió, y, por tanto, el penitente avanzaba reptando entre las personas impresionadas al atestiguar aquella demostración de fe. El hombre, de vez en vez, alzaba la mirada ferviente, diciendo: ¡Te lo prometí, Señor! ¡Gracias, Señor! Y se persignaba la cara llorosa. 

Una vez presencié un milagro. Entre todo ese mar de gente, la abuela de la casa encontró a su madre, que era una anciana mediana, de cabellos como resortes, con un hombro más alto que el otro a causa de tanto alisar la ropa con plancha de carbón. Madre e hija se reencontraron esa tarde morada después de muchos años sin verse. Yo pensé que era un milagro. Hasta ahora sigo creyendo que se trató de un milagro. El Cristo Moreno se las había ingeniado para reencontrarlas de milagro. 

Son estas estampas moradas de octubre las que evoca mi memoria limeña. Y ha sido suficiente para mí sentir el sabroso olor de los anticuchos al fuego de la parrilla, matizándose con el perfume de las hierbas de los sahumerios, alcanzar a ver a algún hombre o mujer vestido con su túnica morada, morder un pedazo del meloso turrón, y encontrar las estampitas con la imagen del Cristo Moreno colocadas en la mesa de la sala para saber que es octubre, morado y milagroso mes del calendario peruano.