José Valdizán Ayala
El simbolismo del “barco de la amistad peruano-china”
Un proceso en curso, lleno de metas y retos compartidos
El mensaje del presidente de la República Popular China Xi Jinping titulado El barco de la amistad chino-peruana, que zarpe hacia un futuro más brillante, publicado el 14 de noviembre de 2024 en el marco de la APEC realizado en Lima, es un expresivo discurso diplomático que utiliza alegorías, metáforas y referencias culturales para legitimar y profundizar la actual relación sino-peruana.
Desde sus primeras líneas, Xi establece una conexión entre las civilizaciones milenarias de ambos pueblos, destacando la continuidad histórica de China desde hace más de 5,000 años y la riqueza cultural de Perú, expresada en Caral y los incas. A través de una metáfora de unidad en la diversidad compara los principios de la cultura china ("sinceridad" y "benevolencia") con los valores incaicos ("no robar, no mentir, no ser perezoso"), construyendo un puente ético que vincula a ambas culturas en clara alusión a un "código civilizatorio", mostrando cómo sus valores son universales y aplicables más allá de sus fronteras. Más aún, Xi cita a Mariátegui, un intelectual clave en la historia peruana, para subrayar que incluso los propios peruanos han percibido la conexión cultural con China. Al mencionar que "la psicología de nuestro pueblo es de tinte más asiático que occidental", reafirma una afinidad natural entre ambos países.
Asimismo, a través de las referencias al Estanque de Cinco Colores del Valle de Jiuzhaigou y las salineras de Maras en Cusco para ilustrar la belleza y la diversidad, la comparación de las máscaras de oro incas con las de Sanxingdui o la alusión al sol como un símbolo universal, Xi pretende establecer un vínculo visual y tangible entre ambas culturas. Según el líder asiático, el simbolismo de esta narrativa sobre la existencia de una unidad cultural global trasciende el comercio y la diplomacia, y posiciona a ambas naciones como socios históricos y contemporáneos en la búsqueda de un desarrollo compartido y sostenible.
Para afianzar la idea de que ambos países comparten valores fundamentales de gobierno orientados al bienestar popular, Xi utiliza el proverbio chino “Hay reglas inalterables para gobernar un país, y lo más fundamental es beneficiar al pueblo” y lo vincula con el dicho peruano “La voz del pueblo es la voz de Dios”. En ese sentido, el megapuerto de Chancay, descrito como el primer puerto inteligente de Sudamérica, es un ícono de la integración de Perú en un sistema global moderno liderado por China al servicio del pueblo: “se podrá reducir a 23 días el viaje marítimo del Perú a China, se ahorrará más del 20% del costo logístico, y se generarán para el Perú ingresos anuales de 4,500 millones de dólares y más de 8,000 empleos directos”
Además de ser un proyecto de infraestructura, la obra se presenta como un "Gran Camino Inca de la Nueva Era", conectando la herencia histórica de Perú con su futuro en Asia como un actor clave en la logística mundial. Al respecto, le faltó hacer alusión a la legendaria expedición del Inca Túpac Yupanqui a la Polinesia, un relato que sugiere que la civilización incaica también dirigía su mirada hacia el occidente, buscando conectar su mundo con otros pueblos.
También destaca la importancia del Foro de Civilizaciones Antiguas para satisfacer la necesidad de tener un espacio permanente para el diálogo y la cooperación intercultural para enfrentar problemas modernos. A este respecto, se subraya el papel del Perú como anfitrión en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), subrayando su compromiso con la apertura económica, la inclusión y el desarrollo humano. La “voz de Lima” representado con el lema “Empoderar, Incluir, Crecer” de APEC 2024, posiciona al Perú como un puente entre Asia y América Latina.
Para complementar su visión futurista, Xi utiliza la imagen de las líneas de Nazca para enfatizar la importancia de esta perspectiva amplia y estratégica: hay que "mirar desde lo alto" para tener una visión global que trascienda las impresiones inmediatas y parciales. Las “nubes flotantes” simbolizan las distracciones o los obstáculos, mientras que la “cima de la montaña” representa la perspectiva iluminada que se alcanza mediante la cooperación y la planificación a largo plazo.
Finalmente, al referirse al “barco de la amistad chino-peruana”, emplea nuevamente una figura que simboliza el viaje compartido hacia un futuro más brillante. La frase “sin coraje, uno nunca conquistará la montaña ni cruzará el mar” refuerza la idea de que tanto Perú como China deben afrontar juntos los desafíos globales con determinación y confianza mutua. Este fragmento del discurso de Xi Jinping resumen una visión estratégica que va más allá de la cooperación económica. Articula un modelo de asociación basado en la apertura, la inclusión, el aprendizaje mutuo y la confianza, al tiempo que enfatiza la importancia de un liderazgo global colaborativo.
A pesar del énfasis de la convergencia y la cooperación, el uso de las metáforas del líder asiático puede percibirse como una narrativa chino-céntrica que resalta la cultura peruana dentro de un marco liderado por China. Asimismo, el megapuerto de Chancay, por más que prometa beneficios tangibles, como la creación de estaciones de rescate animal y la mejora de ecosistemas locales, enfrenta opiniones por posibles impactos ambientales y sociales a largo plazo.
A nivel geopolítico en América Latina, la creciente presencia de China está siendo vista con recelo por otras potencias, lo que podría complicar la posición de Perú en el escenario internacional. Un asesor del equipo de transición de Donald Trump, Mauricio Claver-Carone, propuso aplicar un arancel del 60% a los productos que pasen por Chancay, ante el temor de que podría convertirse en un punto de entrada de productos de bajo costo provenientes de China, lo que perjudicaría el comercio de Estados Unidos.
El gobierno norteamericano, aunque reconoce que cada país tiene el derecho soberano de gestionar sus relaciones comerciales, busca incentivar a sus aliados a analizar con detenimiento las implicancias de seguridad. Por esa razón, el mensaje de Xi y la inauguración del megapuerto es considerado no sólo como una cuestión de política comercial, sino los riesgos de seguridad que implica por la creciente presencia de China en la región.
El "barco de la amistad chino-peruana" no puede navegar sin el consenso y la participación de quienes lo impulsan desde la orilla. El inicio de esta travesía sugiere un proceso en curso, lleno de metas compartidas, pero también de retos e incertidumbres sobre su destino. El desafío ahora es asegurar que este recorrido no solo beneficie a las élites que la navegan, sino también a los pueblos que habitan las costas de ambos pueblos. Algo que nos lleva a reflexionar más allá de la metáfora y explorar qué implica realmente esta relación para el futuro bienestar del Perú.
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