Heriberto Bustos
El reverdecer de la justicia
La valiente labor del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción

Como es de conocimiento público, actualmente hay en curso una serie de acusaciones contra el presidente Pedro Castillo, vinculadas con acciones ilícitas. Tan solo como muestra, señalaremos un caso en el que el Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción sostiene que existe una “organización criminal”, supuestamente dirigida por el presidente Pedro Castillo, en la que el ministro de Transporte, Geiner Alvarado, habría servido como “lugarteniente” para coordinar la adjudicación de obras de infraestructura a empresas de personas allegadas al actual gobernante. Otros casos son los de los ascensos en las Fuerzas Armadas, el presunto tráfico de influencias en Petroperú, el supuesto plagio de una tesis de maestría, el del Puente Tarata III y el presunto delito de encubrimiento personal.
En los últimos 30 años muchos presidentes (Fujimori, Toledo, García, Humala, Kuczynski y Vizcarra) tuvieron una serie de acusaciones cuyo curso lento, en términos judiciales, se mantiene hasta la fecha, sin visos de aclaración. En ese contexto, si observamos tan solo el rol desempeñado por los fiscales (cuya función es prevenir, sancionar y erradicar la incidencia de infracciones disciplinarias, con el fin de generar confianza en la ciudadanía y contribuir al empoderamiento y fortalecimiento de la entidad como parte del Sistema de Justicia del Perú) encontraremos que estuvieron lejos de ser cumplidos, generando en el ideario colectivo la sensación de un sistema judicial inoperante y, por tanto, vinculado con la corrupción.
Por ello, la presencia en estos momentos de profesionales cercanos a lo ético, que por encima de intereses mezquinos ponen sus esfuerzos para desentrañar la verdad y sancionar, encuentra en amplios sectores de la población una sensación de cambio, tanto oportuno como necesario. No obstante, en otros sectores, producen una marcada oposición, poues ven que las acciones vinculadas con la recuperación de valores los afecta, con mayor razón si vienen gozando de las “ventajas” que da la cercanía al poder político.
De modo que no debe resultarnos extrañas las movilizaciones antijusticia de la portátil gubernamental, ni tampoco las acusaciones contra la Fiscal de la Nación Patricia Benavides por un grupo de congresistas vinculados al partido de gobierno, cuya intención es “frenar” el curso de las investigaciones que se sigue al presidente. Incluso ha surgido, la voz del otrora presidente del Consejo de Ministros (Guido Bellido) señalando que la denuncia constitucional contra la fiscal de la nación “es un pedido de la población. No porque está investigando al presidente, contará con inmunidad”.
Junto a Benavides también es injuriada Elvia Barrios, presidenta del Poder Judicial y de la Corte Suprema de Justicia, quien recalca: “Ni hostigamiento judicial, ni persecución política. El presidente debe tener mesura en sus expresiones y recordar que el Poder Judicial responde a los pedidos del Ministerio Público, que es el titular de la acción penal”.
Ante la posición ética, compromiso con la democracia y defensa de los intereses del país de estas dos heroínas, cuyo discurrir honesto viene anunciando el reverdecer de la justicia, y tras los ataques recibidos de los socios de la deshonestidad, llega el apoyo solidario del sentimiento peruano en un verso del poema “Kläffer” de Johann Wolfgang: “Y el fuerte sonido de sus ladridos solo prueba que estamos cabalgando”.
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