Jorge Varela

El futuro previsional de Chile

Entre el desfonde de los ahorros y la supervivencia del modelo AFP

El futuro previsional de Chile
Jorge Varela
08 de julio del 2020


En Chile se ha abierto un gran debate en torno a la posibilidad de que los afiliados a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) puedan retirar el 10% de sus ahorros personales, como fórmula para mitigar parcialmente los efectos sociales desastrosos de la pandemia del Covid-19 en el ingreso de los trabajadores chilenos. Una idea que es apoyada por legisladores de la oposición y por un sector de parlamentarios adscritos al Gobierno.

Algunos expertos han dicho que su implementación erosionará el sistema previsional vigente, ya que disminuirá el monto de las pensiones futuras y obligará al Estado a enfrentar el costo de este retiro temprano de ahorros cuya finalidad es el financiamiento de pensiones de vejez y sobrevivencia al término de la vida activa. Otros aducen que esta idea significa un intento encubierto de ‘desfondar’ al actual sistema de AFP y abrir, con cierto estruendo, las compuertas que conducirían primero a un régimen transitorio de carácter mixto, y después a uno definitivo de reparto. Un modelo ya conocido. 

El retiro de fondos ha sido aplicado en Perú, no solo con motivo de la crisis derivada de la pandemia que afecta al mundo, sino con el objeto de atender otras necesidades y carencias, (costear los gastos de una enfermedad terminal, adquirir una vivienda). En el último tiempo una comisión de la Cámara de Diputados ha acordado en Chile la fusión de dos iniciativas que impulsan el retiro del 10% de los fondos y su reintegro con cargo al Estado, vía el otorgamiento de un bono de reconocimiento (BR).

Complejidades que tiene el retiro subsidiado 

En concordancia con lo anterior varios economistas han diseñado alternativas a las mociones parlamentarias, con el objeto de que el uso de estos fondos, como instrumento temporal, no afecte el monto de las futuras jubilaciones ni abra nuevos orificios fiscales, que el Estado deberá cubrir mediante recursos presupuestarios adicionales. Las propuestas consisten en la concesión de ‘un autopréstamo’ –mientras dure la crisis– con cargo al ahorro que el afiliado tenga acumulado en su cuenta individual, y su devolución posterior en cuotas sujetas a interés. Un exdecano universitario ha sugerido un retiro acotado de un millón de pesos (equivalente a US$ 1,250), pero con la condición de posponer en un año la edad de jubilación; o el tiempo que fuere suficiente, para no mermar el monto de la pensión. De esta forma, solo quienes tengan necesidad podrían optar por este retiro de fondos, pues acogerse a él tendrá un costo significativo. La intención es que el proyecto no permita el retiro irregular y discrecional de aquellos fondos necesarios para asegurar el financiamiento vitalicio de la pensión mínima garantizada por el Estado, sin determinar causales precisas y condiciones específicas. 

Posiciones sensatas de un sector contrario a las AFP

Una opinión académico política contundente sobre este mismo tema ha expresado que “la idea de retirar fondos ante la magnitud de la crisis es válida, pero no existe razón alguna para que ese retiro sea financiado por todos los chilenos; incluyendo los más pobres, que no tienen nada o muy poco que retirar”. Lo sensato es “que se transite hacia un nuevo sistema contributivo de pensiones que impida aquello de pan para hoy y hambre para mañana”. (Gonzalo Martner, economista, ex presidente del Partido Socialista, artículo “¿Tiene sentido el retiro subsidiado de fondos de las AFP?”, La Tercera, 2 de julio de 2020).

A propósito de este asunto ,vinculado de algún modo a la anhelada devolución total de fondos previsionales, y de su relación analógica con lo acontecido en países cercanos y amigos, es oportuno citar la opinión emitida por el vocero de la Coordinadora chilena No+AFP: “No queremos una solución como Perú. No nos interesa que la gente al final de su vida activa termine retirando sus ahorros, porque son ahorros escuálidos y eso no resuelve el problema de la sobrevida después que se retira la gente. Lo que nosotros queremos es seguridad social y no más abusos del sistema”. (Luis Mesina, declaraciones a El Mercurio de Santiago, 26 de septiembre de 2019).

Lo paradójico sería que, no obstante las fuertes e insistentes arremetidas sociales y políticas para terminar definitivamente con el modelo de capitalización individual vigente, el sistema AFP lograra –sin proponérselo, de manera casi fortuita– el suplemento vitamínico adecuado para resistir este tipo de ideas inconducentes, continuar robusteciéndose y permanecer ad aeternum. A esto se le dice en el campo “ir por lana y salir trasquilado”.

Jorge Varela
08 de julio del 2020

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