Juan Carlos Valdivia

Democracia Virtual

Democracia Virtual
Juan Carlos Valdivia
02 de marzo del 2015

Tenemos democracia solo en teoría, en reglas que nadie cumple ni respeta.              

El problema institucional del Perú no está mejor expresado cuando el Presidente de la República, en una misma conferencia de prensa, habla como Jefe de Estado, como jefe de su partido y como esposo de Nadine Heredia. O cuando la señora Heredia, en un acto organizado por algún ministerio, habla como Primera Dama apoyando los programas sociales y como Presidenta del Partido Nacionalista atacando a la oposición política. 

El presidente Humala no tiene una formación republicana. Por el contrario tiene una mirada autoritaria de las cosas, mitad por su formación militar, mitad la formación ideológica recibida en su familia que le hacen adherir a planteamientos leninistas como el centralismo democrático. 

En ese orden de ideas, Humala considera que como Presidente se ha convertido en una suerte de propietario del estado peruano por cinco años. Por eso le parece natural que su esposa tome parte en la estructura de poder que dirige al país. Por eso confunde su deber como esposo con sus funciones de Presidente y ambas con las de líder del nacionalismo. 

Y como lo hemos dicho, esto ha sucedido con el beneplácito de quienes dicen llamarse de oposición y que no han ejercido un real equilibrio ante la forma autoritaria de gobernar de los Humala Heredia. 

Por eso Humala se siente en libertad de reclamar –actuando como Jefe de Estado- respecto a una investigación fiscal que afecta a una ciudadana que ni siquiera es funcionaria pública. Incluso ha reclamado que el fiscal quiere hacer parecer que su suegra maneja el patrimonio de los Humala Heredia: “¡está loco, qué le pasa!”, exclamó el mandatario, al parecer sin estar enterado que tiene patrimonios separados de su esposa, y pretendiendo ejercer una presión inaceptable frente a las investigaciones del Ministerio Público. 

Pero no satisfecho con ello, al día siguiente volvió a arremeter contra la Fiscalía al cuestionar la denuncia fiscal producida contra su ex ministro Urresti y sostener que ésta es consecuencia de su inscripción en el partido nacionalista. Frente a esto, la Fiscalía de la Nación ha tenido que rechazar los ataques verbales del mandatario. 

En cualquier democracia que se precie de tal, las intromisiones del Presidente Humala ya le hubieran costado el puesto al Ministro de Justicia, sino a la Presidencia del Consejo de Ministros. Es más, de haber estado en desacuerdo con las mismas, varios ministros ya se hubieran distanciado del gobierno. Y la oposición inmediatamente hubiera presentado una censura y exigido explicaciones al Ejecutivo. 

Pero eso sería en un mundo ideal, donde la democracia es real, y donde la oposición cumple su papel. Aquí seguimos viendo cómo se pasa por encima a las instituciones constitucionales sin que exista un mecanismo de control que valga que comience a funcionar. Tenemos una democracia virtual, en la teoría, en las reglas, pero que nadie cumple, ni nadie respeta. Y así seguiremos, viendo como la esposa del Presidente usa el Estado, y como el Presidente de la República confronta a cualquiera que ose cuestionarlo. Partidos de oposición o medios de información libres, todos reciben amenazas del Presidente. Por ahora son solo amenazas, pero ¿qué sucedería si comenzara a cumplirlas? 

Por Juan Carlos Valdivia
02 - Mar - 2015  

Juan Carlos Valdivia
02 de marzo del 2015

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