Debate global sobre insumos para transición energética

El reciente periplo por Latinoamérica –que no incluyó al Perú– de la presidenta de la Comisión Europea (CE), Úrsula van der Leyen, nos dejó el mensaje de que en Europa hay preocupación por los insumos y mercados para la transición energética. El tema ocupa a líderes del empresariado del viejo continente, como es el caso del CEO de la española Repsol, Antonio Brufau, que en la junta general de accionistas de la empresa, de mayo pasado, llamó la atención para que los países de la Unión Europea (UE) busquen mecanismos para contar con los insumos para el equipamiento de la transición, dado que China gestiona el 85% del total mundial. 

La prédica no se ha circunscrito al sector empresarial, sino que ha llegado al nivel político, tal como lo ha reseñado oportunamente la internacionalista Isabel Recavarren (nuestra compatriota) en el portal Panorámica, sobre el cónclave de ministros de economía de Alemania y Francia, y el ministro de Empresas de Italia; donde han buscado consensos para el aprovisionamiento de tierras raras, utilizadas en los equipos de alta tecnología. 

El interés europeo es por silicio, para paneles solares; litio para baterías usadas en electromovilidad, y tierras raras (17 elementos químicos) utilizados en los equipos de generación eólica y electrónicos en general. El gran reto europeo es ser competitivo con China, que concentra el 85% del silicio, es el tercer productor mundial de litio y el principal comprador de los tres restantes líderes globales: Australia (N° 1), Chile (N° 2) y Argentina (N° 4). Además, cuenta con el 80% de la producción de tierras raras. Los Estados Unidos, están muy relegados en la disponibilidad de estos insumos, siendo una seria limitante para la producción de equipos electrónicos. 

En la pugna geopolítica entre occidente y China, éstos últimos compiten con ventaja por la disponibilidad de insumos y de capitales, de allí que en su incursión en Latinoamérica lo hacen sin competencia, siendo Brasil y Perú los principales destinos de sus inversiones. Para los que no gustan de la penetración asiática hay por lo menos dos variables en juego: necesidad de recursos dinerarios para infraestructura y que Perú tiene firmado un TLC con China desde el 2009, cuyas empresas nos pueden llevar al CIADI. 

Mientras estas pugnas mundiales están muy activas, Brasil, Argentina, Chile y México, son mirados por la CE para llegar a acuerdos comerciales para provisión de materias primas; en nuestro país nos vamos quedando solo en el discurso de la sostenibilidad, reducción de gases de efecto invernadero y la transición energética basada en el GN; sin evaluar las consecuencias económicas de la tributación que genera. 

En el 2018 se difundió la noticia de la existencia de reservas de litio y uranio, en el distrito de Macusani, de la provincia de Carabaya, en la región Puno. Advertí en ese momento que eran recursos, es decir existencia de los minerales, pero no reservas, por no haber viabilidad económica de producción comercial. El tiempo confirmó mi afirmación, cinco años después seguimos en la misma situación sin un avance real. 

Nos hemos acostumbrado al titular mediático tremendista de grandes descubrimientos, para que luego pasen a segundo plano, versión contemporánea del Tesoro de Catalina Huanca y el Dorado. Corresponde a las autoridades del Ejecutivo, transmitir realismo y no quimeras. 

Lamentablemente vemos un gobierno desarticulado que no sabe conjugar la gestión de los ministerios de Energía y Minas, del Ambiente y de Economía y Finanzas. Esta situación no es solo carencias de este gobierno, también llega a los grupos políticos que aspiran llegar a ser gobierno en una próxima elección. No cuentan con técnicos de distintas disciplinas para aspirar a enrutar al Estado en las corrientes mundiales de desarrollo.