César Martín Peñaranda

Cobre y tipo de cambio. Fundamentos

Cobre y tipo de cambio. Fundamentos
César Martín Peñaranda
06 de junio del 2017

¿Cuáles son las expectativas a corto plazo?

Proyectar el precio de las materias primas y más aún el tipo de cambio no es tarea sencilla, pues son variables cuya evolución descansa en un sinnúmero de factores de corto plazo, a veces no previstos; particularmente en un contexto como el actual, de innumerables eventos de corte económico, financiero, político y geopolítico. Podemos, sin embargo, ahondar en los elementos principales que influenciarán en su conducta durante el resto del año.

Empecemos por el precio del metal rojo. El cobre tocó techo a mitad de febrero de este año, sobrepasando los US$ 2.80/libra luego de oscilar entre US$ 2.10-2.25 durante buena parte de la segunda mitad del 2016, antes de la victoria de Trump en las elecciones norteamericanas; un evento catalizador por las expectativas de una política fiscal expansiva centrada en infraestructura. Si bien pensamos que se mantendrá en niveles superiores a los del año pasado, incluso pudiendo cerrar el año por encima de US$ 2.50/libra, respaldado en general por la mayor actividad económica mundial, hay razones que podrían llevarlo a estabilizarse en niveles más bajos. Profundicemos sobre estos riesgos, no sin antes subrayar que, como todo activo, depende sustancialmente de tres fundamentos: demanda, oferta y la moneda en la que se cotiza, el dólar.

Entrando al primer punto, evidentemente cualquier análisis inicia con China, responsable por casi la mitad de la demanda mundial. Desde comienzos de año China ha venido subiendo su tasa de interés tanto de los mecanismos de crédito a corto plazo (short-term lending facility, SLF, y reverse repos), como de los mecanismos a mediano plazo (medium-term lending facility, MLF), anticipándose a las alzas de la Reserva Federal, y en particular buscando aliviar su enorme deuda, cercana a 300% del PIB, especialmente en el sector corporativo. Si bien la política contractiva del banco central chino va acompañada de inyecciones de liquidez que buscan apaciguar los mercados, es un claro reflejo del viraje más conservador de la política económica del gran dragón, cuya nota soberana recibió el primer downgrade de Moody’s desde 1989. Además, el gigante asiático vio una reversión importante en la expansión de su sector manufacturero en abril.

A esto sumémosle que, según el ICGS, el superávit mundial de cobre refinado en febrero fue de 93,000 toneladas, con una producción de 1.79 millones de toneladas frente a un consumo de 1.69 millones de toneladas, luego de que en enero registrara uno de 55,000 millones de toneladas. Son los inventarios más elevados para un inicio de año desde el 2013. Finalmente, llegamos a la evolución del dólar, cuya depreciación, pari passu con las disrupciones por huelgas en las mayores minas del mundo, han sido —a nuestro juicio puntos— cruciales para mantener el valor del metal rojo ¿Es esto sostenible? Creemos que no.

Pensamos que un motor esencial del abaratado billete verde ha sido la inestabilidad política propia del país más poderoso del mundo, desde la polémica sobre los anuncios de políticas comercial y migratoria más restrictivas, pasando por la dilación para empujar ciertas reformas (caso la de la salud), hasta el reciente escándalo relacionado con el despido del director del FBI. Todo ello ha puesto dudas sobre la habilidad del nuevo gobierno para impulsar las esperadas políticas de recorte de impuestos y regulaciones, así como el alto gasto en infraestructura. Esto, sin embargo, podría fluir de forma positiva en los próximos meses, dando rienda suelta a un dólar fortalecido, cementado en expectativas más optimistas respecto a las políticas mencionadas.

Asimismo, recordemos que la Reserva Federal tiene un panorama más despejado para continuar el alza en su tasa de interés (en dos ocasiones), con un contexto mundial más auspicioso (elecciones europeas) y mercado laboral en pleno empleo. Conjuntamente, le ha sumado el anuncio de reducción de su hoja de balance (subida de su tasa de mediano-largo plazo) probablemente empezando este mismo año.

Con lo dicho anteriormente, y para efectos de nuestra moneda, incluso con términos de intercambio jugando a favor, no esperaríamos que se mantenga por debajo de 3.30 hacia fin de año.

César Martín Peñaranda

César Martín Peñaranda
06 de junio del 2017

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