J. Eduardo Ponce Vivanco

Cambio de era en los Estados Unidos

Votación masiva quiere dejar atrás la confrontación

Cambio de era en los Estados Unidos
J. Eduardo Ponce Vivanco
05 de noviembre del 2020


Poco antes de proclamarse la victoria de Joe Biden como próximo Presidente de los EE.UU. puede ensayarse el bosquejo del recuerdo que dejará una era, corta pero muy intensa, en la última centuria de la política norteamericana. 

Donald Trump no solo ha sido un outsider sino una personalidad exuberante y despótica, que entró a la Casa Blanca como si fuera su propia casa, con el propósito de ser reelegido, a las buenas o a las malas, porque no sabe perder ni es capaz de reconocer una derrota.

Su egolátrica necesidad de ganar, o de pretender que gana, y su adicción a manejar el país como si fuera su imperio empresarial serán el epitafio de una presidencia teñida por los excesos de un perfil psicológico diagnosticado por parientes cercanos que han compartido su historia familiar. 

Ha conducido a la principal de las potencias al ritmo irrefrenable de sus tuits –cuya brevedad se ajusta a la medida de sus ideas– y al trote incesante de sus cambios de humor y del nacionalismo del “America first”. La belicosidad de su actitud ha imprimido un estilo de confrontación que ha polarizado el carácter de la política dentro y fuera de las fronteras norteamericanas.

Su “inspiración” económica lo llevó a desregular y reducir los impuestos a la gran empresa, lo que podría considerarse liberal. Pero en sentido contrario, recurrió a viejas prácticas proteccionistas mediante una utilización primitiva y políticamente motivada de aranceles y medidas no arancelarias no solo aplicadas a enemigos, como China, sino a sus aliados de la Unión Europea. Provocó así un período de turbulencia comercial que no se veía desde comienzos de la década de 1930, así como el quiebre de las normas y prácticas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) –que siempre fue prioritaria para los EE.UU.– y la incertidumbre que se apoderó del intercambio internacional de bienes y servicios.

A la inestabilidad de los equipos políticos y de seguridad (que ha cambiado sin cesar) se ha sumado el conspicuo debilitamiento institucional del servicio diplomático estadounidense, que no parece en condiciones que controlar la crispación internacional alimentada por la guerra comercial y la confrontación con una China cada vez más decidida a desafiar el predominio de los EE.UU. 

Además del infierno de la pandemia que los norteamericanos padecen, y que Trump no ha querido controlar para no desanimar al mercado de valores, el mesurado Joe Biden tendrá que encarrilar un país dividido y defenderse de los ataques de un ex Presidente resentido por su fracaso electoral y las derrotas que sufrirá en los tribunales que tramiten las numerosas demandas que ha interpuesto para demostrar un fraude inexistente. 

Confiemos en que Biden, Kamala Harris y los demócratas demostrarán que están lejos del socialismo que se les atribuye como ideología, refuercen los valores propios de la democracia y restituyan el espíritu de convivencia pacífica dentro y fuera de los Estados Unidos.

J. Eduardo Ponce Vivanco
05 de noviembre del 2020

NOTICIAS RELACIONADAS >

Gravedad de la coyuntura internacional

Columnas

Gravedad de la coyuntura internacional

Aprovechando la Cumbre de las Américas, y antes que los ind&iac...

24 de junio
Mentiras en la Cumbre de las Américas

Columnas

Mentiras en la Cumbre de las Américas

En el Perú leemos con asombro que el Presidente Pedro Castillo ...

10 de junio
El Führer ruso

Columnas

El Führer ruso

Hace cuatro meses que el mundo civilizado observa con horror la devast...

27 de mayo

COMENTARIOS