Juan Carlos Valdivia

Cambalache electoral

Cambalache electoral
Juan Carlos Valdivia
08 de septiembre del 2014

Sobre la falta de respeto a los principios y valores cívicos en la campaña electoral

Los peruanos somos tan afectos a los formalismos que hemos discutido si es correcto retirar a candidatos por no haber registrado correctamente sus estudios, mientras que en campaña siguen orondos todos aquellos que sí declararon que han sido violadores, asesinos, sentenciados por uso de dineros públicos, etc.

La promocionada investigación de Verita sirvió en realidad para llenar titulares, para dar que comentar en las columnas de opinión, pero finalmente nada cambió. Igual sucederá con los trabajos que viene haciendo Ojo Público respecto a las declaraciones juradas de los candidatos. Eso le importa a unos pocos, pero luego, si se trata de atacar al enemigo o promocionar al amigo, es fácil ver cómo se puede obviar la información.

Tampoco importa las innumerables declaraciones respecto a la importancia de rescatar el sistema de partidos. A la hora de apoyar al amigo, no importa si va o no en un vientre de alquiler. Lo importante siempre será cuestionar al competidor, pero siempre mirar de costado las carencias del aliado.

O como cuando uno ve los casos de corrupción. En Lima se acusa a Luis Castañeda del caso Comunicore, se resaltado a diario en las portadas de algunos medios. Pero se ignora las importantes acusaciones que ha hecho la Contraloría General de la República sobre la gestión de la señora Villarán.

Y el papel de algunos diarios, que diariamente dedican portadas contra uno de los candidatos, pero nadie se pregunta cómo se solventan esos medios de circulación  escasa y publicidad fantasmal. Por ejemplo, ayer Diario 16, que antes que apoyar la campaña de la señora Villarán se dedica a atacar a Luis Castañeda, dedicó toda una página a cuestionar a Salvador Heresi. ¿La razón? La encuesta de Datum señala que Heresi se acerca a la intención de voto de la alcaldesa. ¿Y los que se presentan como representantes de la superioridad ética, no tienen nada que decir?

En realidad de nada servirán todos los esfuerzos que se hagan por una mayor transparencia, ni todos los estudios para fortalecer el sistema de partidos, si cuando se trata de poner en práctica lo declarado todos se dedican a promover a su candidato y atacar a los contrincantes, olvidando principios y teorías.

El problema de nuestra política no está principalmente en las leyes ni en los organismos que las aplican. Hay un cinismo extendido que hace que los principios y la consecuencia con ellos queden de lado cuando de oportunidades electorales se trata. Y en la sociedad una ausencia de referentes morales. Como dice el tango, “Todo es igual, nada es mejor. Lo mismo un burro que un gran profesor”.

Por eso los candidatos cantan o callan según sea necesario. Lo importante no es tener un buen proyecto, ni un partido que lo avale. Solo ser conocido, y la voluntad de ser candidato. Y por eso estamos como estamos.

Por Juan Carlos Valdivia

Juan Carlos Valdivia
08 de septiembre del 2014

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