Hugo Palma
Autoridades tontas y suicidas
El pueblo no aguanta más tanta corrupción e incompetencia

Tranquilos. No son insultos sino características. Es obvio que las autoridades, en su gran mayoría, no aceptarán que lo son pero les es imposible ocultar la cantidad de tonterías que cometen. El pueblo peruano ya los considera así, además de incompetentes y corruptos. Hay excepciones; pero insuficientes. Veamos:
Congreso: Los bancos cobran intereses excesivos. Les ponemos topes y se produce el “gota a gota”. Como la gente es pobre, retiren sus fondos pensionarios y CTS. ¿Y de qué vivirán? Es su problema; nosotros ya la hicimos. Leyes laborales a montones. ¿Pero la informalidad es de 80%? Piña, pues, lo importante es fregar a la formalidad explotadora. Minería ilegal. Sólo apoyamos a gente pobre con un poco de explosivos y ácidos. Y son agradecidos y empeñosos porque ya están acá. Leyes de impunidad. Es que nos atacan mucho. ¿Y los delincuentes que no son congresistas? No se oye, padre. Universidades-imprenta de dólares y cartulinas. Son buenísimas. Necesitamos más. ¿Y sus familiares contratando con el Estado? Bueno, pero no con el Congreso. ¿Y su Presupuesto? Falta para bonos, viajes a Disneyworld, mejorar el rancho, sede de invierno en Los Cóndores (ya tenemos una playita ficha), defensa legal de los acusados, el servicio de trabajadoras profesionales que funcionaba de maravilla, etc.
Ejecutivo. ¿La Presidente? Casi no duerme por amor al pueblo y el exceso de trabajo la lleva a la clínica. ¿Por qué nombra a semejantes ministros y altas autoridades? Porque aman al país. ¿Y Petroperú, Sedapal, Corpac, Enapu, Essalud y otras joyas de incompetencia para amigos que el pueblo sigue manteniendo? ¡La Patria no se vende! ¿El Estado no existe para proteger a sus ciudadanos? Avanzamos mucho; comenzando por nosotros. ¿Y la extorsión? Es que hay mucha gente mala. ¿La alimentación de los niños? ¿Cuál es el problema; o quieren que no les demos nada? ¿El déficit fiscal? Es que nadie quiere pagar impuestos. ¿Programa de Gobierno? Sobrevivir con la esperanza de que el próximo gobierno haga que el pueblo y los fiscales nos olviden.
Poder Judicial y Ministerio Público. La culpa es del otro. El problema son las leyes del Congreso. No, la falta de fondos. Para nada, es la corrupción. Y los procesos penales que nunca acaban. Es la “carga laboral”. ¿Y qué se puede hacer? Darnos más presupuesto. ¿Y todos los demás sectores del Estado; gobiernos regionales, municipalidades, instituciones, empresas, organismos, etc.? Bueno, como las autoridades rotan, va mejorando la economía de los suertudos. ¿Y alguna sirve? ¡Todas! ¿Sin ellas donde colocamos a los mejores (amigos)? Excepciones; siempre. Unas cuantas no juegan con las reglas: Banco Central; Banca Seguros y AFP; Marina de Guerra; diplomacia; institutos científicos, muchísimos cumplidos servidores de carrera y otros. Pero que no exageren.
¿Y por qué las autoridades serían suicidas? Porque los estúpidos no solo hacen daño a los demás sino a sí mismos. En la vorágine del “agarra todo lo que puedas; ya” no quieren reconocer que su descaro y voracidad son suicidas, porque se sustentan en expectativas que pueden frustrarse. Confían en que ni el sistema legal con sus problemas, ni el pueblo les tomarán cuentas y podrán disfrutar de su corrupción y rapacidad el resto de sus vidas. Pero que eso ocurra demasiadas veces, no les asegura que para ellos será igual. No parece preocuparles que Fujimori estuvo largo tiempo en la sombra. Hoy están Toledo y Castillo y en breve podrían acompañarlos Humala y Sra., Vizcarra y, en su momento, la Presidente y Ministros y autoridades de todo nivel y ubicación; además de no pocos candidatos cuya exposición pública activará muchas alarmas. Como dijo una canción “…todo en esta vida se sabe, sin siquiera averiguar”; de modo que no vivan tranquilos porque en el Perú todo es posible y hasta lo imposible es probable.
Por su ignorancia supina, ignoran también que muchas veces los pueblos desesperados por la situación a que los condenan sus autoridades, se han levantado hasta con extrema violencia. Hoy el nuestro es más consciente de que llevar al poder a quienes les ofrecieron todo y fácil, como Castillo o cualquier otro demagogo aventurero y populista, carentes de credenciales de honestidad, competencia y probada vocación de servicio los hace más pobres, inseguros, despreciados y agredidos por ellos y sus secuaces. Ya no tienen como disimular que venden sus decisiones a quienes más les paguen ni que son, de distintas formas, cómplices y beneficiarios de la criminalidad que nos aterroriza y martiriza, especialmente a los más pobres.
Ya se advierte que nuestro pueblo no aguanta más tanta corrupción, incompetencia y maldad. Las manifestaciones públicas se multiplican y hablan más alto. Que las autoridades sigan jugando al “Gran bonetón” con la tragedia multidimensional que viven los peruanos, no las librará de desbordes que nadie desea pero no deberían sorprender.
De una manera u otra y pasando por encima de leyes y dispositivos que quienes aún detentan poder multiplican para no soltar “sus ingresos”, su poder e impunidad, el pueblo encontrará la manera de castigarlos. Tiene millones de ojos y cada día individualizan más claramente a sus verdugos. Estos ya no son un langoy de “todos”, sino individuos con nombre, apellido y mañas conocidas. Y el daño que ya les han hecho es tan horrible, que los culpables no disfrutarán de la creencia de que “la gente se olvida rápido”. Para nada. Serán recordados, cada uno por sus hechos y tendrán que sobrevivir con la angustia de no saber lo que les podría ocurrir. Ya no es tiempo para que aprendan o recuerden que los reyes de antes y los todopoderosos de hoy, podrían preguntarse por qué les estaban cortando la cabeza. No les hará falta una respuesta, porque nunca entendieron nada cuando aún podrían haber hecho alguna cosa bien. Lástima que por su ignorancia desconocieran que nadie ha podido curar la estupidez.
COMENTARIOS